Ya la situación se estaba saliendo de control, los niños no se acostumbraban a esto, eran los más afectados. Ellos eran los que importaban. Aura era pequeña, igual no expresaba su tristeza del mismo modo que Samuel, pero él ya era más grande, aunque no lo suficiente como para querer entender o aceptar un divorcio. ¿Qué culpa tenían ellos? Ninguna. Pasamos por mi casa luego de salir de casa de mis padres, fue de ellos la idea de hacer esto. Tomé un bolso y comencé a echar algo de ropa. Vi como los ojos de Samuel se iluminaron cuando me vio entrarlo al coche. —¡¿Vas a dormir esta noche con nosotros?!—preguntó lleno de algarabía, tomando mi mano y dando saltos a mi alrededor. —Voy a dormir esta noche en casa de ustedes, ¿qué te parece? —¿Crees que mamá te deje quedarte? —Cariñ