La fiesta se había puesto muy animada, mis padres estaban muy contentos, pero especialmente porque mi hermana Abril estaba de visita.
—Hermana no sabes qué feliz me hace estar en casa, pero sobre todo volver a verte, tengo tantas cosas que contarte de este año que hemos pasado sin vernos.
—Yo también tengo muchas cosas que contarte. ¿Pero y cuándo va a llegar tu flamante esposo? Me muero por conocerlo.
—Ya viene en camino, es que se retrazó un poco, pero mejor cuéntame ¿Qué fue lo que te pasó en el pie?
Cuando Abril me hizo esa pregunta, no pude evitar suspirar al recordar todo lo que había vivido con Luis José.
—¡Ay Abril! No sabes lo que me pasó, caminaba por la playa y sin darme cuenta pisé un vidrio, pero de pronto salió un hombre guapísimo a auxiliarme.
—¿En serio? ¿Y qué pasó? Cuéntame todo como en los viejos tiempos.
—Solo puedo decirte que es mi salvador desconocido y me ha hecho pasar el mejor fin de semana.
—¿En serio? Pero no me digas que tú y él….
—Jajajaja Si hermana, pasó de todo, pero de esto no se pueden enterar mis padres porque son capaces de desheredarme.
—Pero Ana Paula ¿Estuviste con un desconocido? ¿Y no pensaste en tu prometido? Definitivamente te volviste loca, es que te desconozco, tu no eres así. ¿Y cómo se llama ese salvador desconocido?
Justo cuando estaba a punto de darle su nombre, me salvó la campana, porque sonó el celular de Abril y enseguida me dijo:
—Espera un momento, ahorita me sigues contando, pero es mi marido el que me está llamando.
—Hola cariño ¿Dónde estás? Todos están ansiosos de conocerte y la cumpleañera ya está aquí, solo faltas tú.
—Amor ya llegué, estoy bajando del taxi, solo quería avisarte antes de entrar.
—¡Qué emoción! Espérame voy a buscarte para que entremos juntos.
Abril estaba que no cabía de la alegría, colgó la llamada y dijo en voz alta:
—¡Atención familia! Por favor presten atención todos, ya mi esposo está aquí y quiero que le den la bienvenida a este hogar, así que no se muevan que voy por él.
La familia estaba muy atenta y ansiosa de conocer el esposo de Abril, de quien no teníamos la menor idea ni de como se llamaba, durante el año que había estado fuera de casa, no había tenido una comunicación con la familia en vista del rechazo de mis padres por su matrimonio.
Yo estaba ansiosa por conocerlo, quería mucho a mi hermana y solo deseaba qué ella fuera feliz. Y además estaba muy contenta por lo que había vivido en Cancún, motivo por el cual tomé una copa de champagne para brindar por mi cuñado.
Abril fue a buscarlo en la entrada y todos estábamos de pie para recibirlo y darle el visto bueno al nuevo m*****o de la familia, estaba tomando mi copa de champagne cuando se abrió la puerta y Abril hizo su entrada triunfal tomada de la mano de su esposo, mientras decía:
–Familia, les presento a mi esposo el doctor Luis José Simanca.
A mi se me cayó la copa de champagne al piso la cual quedó hecha añicos, en vez de estar la atención en el esposo de mi hermana, todos me miraron sorprendidos, pero en especial Luis José, el cual se quedó pálido al verme.
Mi hermana por su parte primero lo presentó a mis padres y a las personas que estaban más cerca de ambos, yo enseguida traté de salir de allí, pero en medio del malestar que tenía en mi pie y el desastre de vidrios que había en el piso, no me quedó otra alternativa que quedarme allí sentada.
Enseguida una joven del personal de servicio comenzó a recoger los vidrios, mientras yo estaba temblando y helada de los nervios, solo llegué a pensar en mis adentros:
—¡Dios mío! Esto no me puede estar pasando, tiene que ser una pesadilla.
Mi hermana se estaba acercando, había llegado el momento que tanto temía:
—Ana Paula, te presento a mi esposo, cariño ella es mi hermana Ana Paula.
Luis José me miraba fijamente a los ojos, tratando de entender lo que estaba pasando. Al mismo tiempo yo lo miraba llena de coraje y temor, no sabía qué hacer, si decía a Abril que él era mi salvador desconocido con quien había tenido relaciones sin siquiera conocerlo, iba a ver una gran tragedia en la familia y mi padre era capaz de matarlo.
“Dios mío dime ¿Qué hago?” Pensaba en mis adentros, pero para mi sorpresa, Luis José extendió su mano mientras me decía:
—Es un placer conocerla. —le extendí mi mano luego de pensarlo por escasos segundos que para mi fueron eternos, pero aún así no dije una sola palabra, lo que hizo que Abril se extrañará.
—¿Pero qué te pasa hermana? ¿No vas a decir nada?
—Yo.. Yo… con permiso debo ir al baño.
No pude decirle nada a Abril y mucho menos al traidor de su marido; salí de allí despavorida, cuando dije que necesitaba ir al baño, lo dije muy en serio, porque apenas entré devolví todo lo que me había comido, incluyendo la champaña tan deliciosa que me estaba tomando.
Algo dentro de mi cuerpo me hizo rechazar todo lo que estaba pasando y de alguna manera mi subconsciente me hizo vomitar todo el asco que estaba sintiendo en ese momento.
Me eché abundante agua fría en mi rostro, me miré al espejo y me dije:
“Ana Paula, has puesto la torta, ¿Y ahora qué vas a hacer? ¿Cómo vas a mirar a tu hermana después de que te acostaste con su esposo? ¡Dios mío! Era demasiado bueno para ser tan perfecto.
Por su parte Abril se había quedado con Luis José, muy extrañada de mi reacción.
—Pero no entiendo que fue lo que le pasó a Ana Paula, te juro que ella no es así. Es que no quiero que pienses mal de mi familia. Ella tenía mucho entusiasmo de conocerte, mejor voy a ir a buscarla a ver si se encuentra bien.
—¡No amor! Por favor déjala tranquila, tal vez quiera estar sola, mejor deberíamos irnos a un hotel, después de todo no creo conveniente que nos quedemos a dormir en casa de tus padres.
Justo en ese momento mi padre alcanzó a escuchar lo que había dicho Luis José, e inmediatamente les dijo:
—¿Qué es lo que acabo de escuchar? ¿Cómo que se van a ir a dormir a un hotel? ¡Claro que no! Ya fue suficiente tener un año sin ver a mi hija para que encima se quede en un hotel. Ustedes se quedan aquí, ya mande a preparar la habitación de huéspedes, así que disfruten de la fiesta. Y por cierto ¿En donde está Ana Paula?
—No se papá, creo que se siente mal porque Salió corriendo al baño.
—¡Ja! Ya eso se le va a quitar cuando vea la sorpresa que le tiene su prometido, bueno los dejo voy a saludar a los otros invitados.
Luis José se timbró con lo que había dicho papá y enseguida le preguntó a Abril:
—¿Tu hermana está comprometida?
—Si cariño, es uno de los socios de papá, tiene muchísimo dinero, pero es un tipo insoportable, ya lo vas a conocer.
Luis José pensó mientras bebía un trago de champaña:
“Entonces Ana Paula está comprometida, con razón esquivo la conversación cuando se lo pregunté”
—¿Qué te pasa cariño? Te quedaste pensativo.. ¡Ah ya sé! Es porque no quieres que nos quedemos aquí ¿No es verdad?
—No… bueno si, es decir, lo que pasa es que no quiero molestar a tu familia.
—No es ninguna molestia, además así te conocen mucho mejor y se darán cuenta que me enamoré de ti porque eres el mejor hombre del mundo. —dijo mientras le daba un beso en los labios, motivo por el cual se puso más nervioso de lo que estaba.
—Amor por favor, no me beses así enfrente de tu familia.
—¿Pero qué tiene? Eres mi marido, así que no tiene nada de malo.
—Por cierto, yo también necesito ir al baño. ¿Por dónde está?
—Déjame llevarte.
—No, no es necesario, mejor dime por donde es y mientras tanto tú buscas unos tragos.
Luis José solo quería encontrarme, estaba temeroso de que yo armara un escándalo y lo descubriera ante todos, pero en realidad yo en el fondo estaba más aterrada que él y lo menos que quería en ese momento, era que la verdad saliera a la luz.