El compromiso

1074 Words
Abril se había ido a buscar los tragos como se lo había pedido Luis José, mientras él aprovechaba para irme a buscar, estaba desesperado, quería darme una explicación que sinceramente yo no estaba dispuesta a escuchar. Estaba muy decepcionada y además sentía pena por mi hermana. Pero para su suerte yo había salido del baño y nos cruzamos en medio del pasillo. Nos miramos fijamente a los ojos, yo estaba a punto de llorar de la impotencia y el dolor que sentía no solamente por mí, si no por mi hermana que estaba inocente de tener a un traidor como esposo. —Ana Paula por favor tenemos que hablar. — ¿Hablar? ¿Y tú crees que haya algo que hablar después de esto? Yo no tengo nada que hablar contigo, pero con quien sí lo voy a hacer es con mi hermana, porque ella no se merece tener a un canalla como tú a su lado. —¡No por favor! No armes un escándalo, no puedes hacer algo así, eso mataría a tu hermana. —¿Y por qué no pensaste en eso antes de meterte en la cama conmigo? —Yo te juro que no sabía que tú y Abril eran hermanas, ella casi nunca hablaba de su familia, después que tus padres se opusieron a nuestro matrimonio, ella quiso desligarse de todo. —¿Pero acaso hacía falta de que lo supieras? El punto es que le fuiste infiel y desgraciadamente fue conmigo. Esto tengo que decírselo inmediatamente, no puedo quedarme callada con una canallada como esta. —¡No por favor! No puedes hacerlo. —¿Y quién me lo va a impedir? ¿Tú? —Tu hermana está enferma del corazón. De pronto escuchar aquellas palabras de Luis José, me hicieron sentir un escalofrío por todo mi cuerpo, no sabía hasta qué punto era cierto, sin embargo, me paralicé. —¿Qué estás diciendo? ¿Hasta dónde llega tu capacidad de mentir? ¡No te creo! —Por favor, Ana Paula, lo que te estoy diciendo es verdad, pero este no es el momento para explicártelo, te pido que por favor me permitas que hablemos en otro lugar, si tú quieres puede ser mañana mismo. Y si después de escucharme mantienes la idea de contarle todo Abril, está bien yo seré quien se lo diga. Justo en ese momento apareció Abril quien llevaba rato buscando a Luis José, pero al ver que se encontraba hablando conmigo, inmediatamente sonrió diciendo: —Cariño, pero por fin te encuentro, toma aquí está tu copa, pero qué bueno que los veo conversando. Hermana me tenías preocupada. Fue inevitable el nerviosismo de ambos, creo que sentía que se me veía la cara de mentira y que en cualquier momento Abril iba a descubrirlo todo. Esa valentía que sentía hace unos minutos cuando amenazaba a Luis José con contarle toda la verdad a Abril, se desvaneció inmediatamente cuando la tuve enfrente de mí. —Ana Paula te estoy hablando, pareciera que estás en otra parte. —Disculpa Abril, es que de pronto sentí una fuerte migraña y la verdad es que prefiero ir a mi habitación. —No hermana, ¿Cómo le vas a hacer eso a tu prometido? Acaba de llegar y te está buscando, así que es mejor que salgas o te aseguro que papá te va a traer arrastras hasta la fiesta. No me podía estar yendo peor, ahora para colmos de males había llegado Nelson, él era la última persona que yo quería ver en ese momento. Y por si fuera poco, Luis José en un ataque de celos, también añadió: —Caramba cuñada, no sabía que estabas comprometida, pero tiene razón mi esposa, no deberías hacer esperar a tu novio. Fue un momento bastante incómodo en el que no me quedó más remedio que regresar a la fiesta para recibir a Nelson. Al fin y al cabo, no sabía si lo que me había contado Luis José con respecto a Abril, era realmente cierto. Eso debía hablarlo con él en otro momento, realmente estaba viviendo un verdadero infierno. Cuando entré en la sala inmediatamente se acercó mi padre el cual me tomó del brazo mientras decía: —Hija por fin apareces, mira que esta fiesta es por tu cumpleaños y también para celebrar el regreso de tu hermana. Pero mira quien te tiene una gran sorpresa. Nelson estaba de pie frente a mí con un enorme ramo de rosas rojas, inmediatamente se acercó para entregármelas, pero la sorpresa no terminó allí. —Mi vida, feliz cumpleaños, no sabes las ganas que tenía de verte. Sus palabras las dijo para que todos la escucharan, pero cuando me abrazó me dijo en voz muy baja al oído: —¿Se puede saber en dónde estabas metida que no atendías mis llamadas? Después hablaremos de eso. Al separarse de mí y entregarme el cursi ramo de rosas rojas, volvió a sonreír diciendo lo que terminaría de completar mis males: —Bueno familia, aprovechando esta celebración tan especial para mi princesa, quiero entregarle el anillo de compromiso y anunciar que la fecha de nuestra boda será en un mes. Sentí que estaba a punto de caer tendida de largo a largo, lo último que esperaba era recibir una noticia como esa. Mis padres gritaron de felicidad, ya que eso era lo que ambos querían para sus intereses económicos, Nelson inyectaba una fuerte cantidad de millones al bufete de papá, además de otros negocios que tenían en común, lo que implicaba que, al casarme con él, las ganancias iban a multiplicarse y por supuesto el ingreso económico para la familia iba a ser mucho más grande. La expresión de la cara de Luis José, era igual o peor que la mía. Sentía su mirada clavada en mí. Abril enseguida salió corriendo a felicitarme, sin imaginarse el trago amargo por el que estaba pasando. —Felicidades hermana, me alegro tanto por ti. Pero ven cariño para que también felicites a Ana Paula. Le dijo a Luis José, el cual se acercó a mí, y aprovechando el momento me abrazó mientras me decía al oído: — Mañana te llamo para que hablemos, todo lo que sentí contigo no fue mentira. Aquellas palabras me estremecieron, era una sensación que no podía explicar, por un lado sentía que lo odiaba con todas mis fuerzas y por otro lado quería salir huyendo con él sin importarme nada ni nadie.
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