Abril estaba temblando pero del coraje que sentía por todo lo que estaba viviendo. Y para colmo de males ahora había reaparecido Rubén para sacarla de su zona de confort. Miraba a su alrededor para asegurarse de que nadie la estuviera espiando, no podía darse el lujo de que alguien descubriera lo que por tanto tiempo había mantenido en secreto. — ¿Qué es eso de lo que no me he enterado? Termina de hablar de una buena vez Rubén. — Calma querida, no tienes por qué ponerte así, además, recuerda que somos socios en todo esto y no te conviene tenerme de enemigo. — Si no me dices en este momento para qué llamaste, te juro que te voy a colgar y si es posible, cambiaré mi número de celular para que me dejes en paz. — Jajaja eso no va a ser necesario querida, porque ya no