Sin lugar a dudas aquel día había sido un verdadero revuelo, lleno de noticias inesperadas y encima enfrentándome a un hombre que creía conocer, pero sin embargo, siempre había sido un lobo disfrazado de oveja que con su personalidad encantadora nos había engañado a todos, especialmente a mi padre. Nelson salió de la habitación dejándome muy en claro que estaba dispuesto a hacerme su mujer a cualquier precio. Era mucho más su interés en que le cumpliera como esposa, a que yo le diera toda mi fortuna. Aquello se había convertido para él en una obsesión, no podía aceptar que le hubiera sido infiel, ya que en todo el tiempo que estuvimos comprometidos, jamás quise entregarme a él. Estaba muy claro para mi, que Nelson nunca me amó, solo que su orgullo machista y herido, lo hacían querer te