IV Una semana después, enviada dos días antes según indicaba el matasellos, llegó a la comisaría una segunda carta anónima, que esta vez atacaba tanto a la viuda Beltramotti como su difunto marido. Con el mismo tono atrofiado que la primera y con errores similares en su escritura y sus expresiones, la infamante carta decía: EL TOPÓGRAFO BELTRAMOTTI Y SU MUJER ERAN MUY MALA GENTE LES GUSTABA HACER EL MAL A TODOS Y MUCHO MÁS A LOS HIJOS EL PADRE LOS PEGABA MUCHO Y LA MADRE SE DIVERTÍA MIRANDO LUEGO DECÍA A LOS QUE SE ENCONTRABA QUE ÉL LES PEGABA PORQUE HABÍAN SIDO MALOS PERO LOS SUCIOS ERAN ELLOS AMIGOS DE LA JUSTICIA D’Aiazzo, después de reflexionar sobre la nueva carta anónima, dijo a Moreno: —Aldo, suponiendo, por ejemplo, que esta nueva hoja, que evidentemente es de la misma mano, di