–¿Puedo pasar? Me sorprendió parado en la puerta. –Claro, pasa. Cinco días en casa sin beber. Lucía limpio, aunque igual con cabello largo y algo de pelos en la cara. Era lampiño y esos pelos no hacían gracia. Entró cautelosamente y vio a Flor moviendo las piernas graciosamente sobre la cama. Ya la había cambiado y llevaba un conjunto color crema con lila. –Está muy grande. –La señaló. –Y muy despierta, el doctor Erasmo la ha elogiado. –y muy bonita. –Ambos la miramos. Santos pasó dos días en cama durmiendo y comiendo y después trabajó en números en la oficina de su papá. –No recuerdo haber visto a un bebé tan bonito. –Le dije. –ni siquiera la hija de Mercedes Acuña en su bautizo. –¿Mercedes Acuña? No la conocí. –Mercedes, si la conociste. Se mudó de Caracas hace unos años pero