Ya en el cuarto no pude dormir el resto de las horas. Cuando regresé al cuarto todo seguía en silencio, corrí por el patio, corrí atravesando la cocina y subiendo las escaleras mi corazón parecía querer escapar de mi pecho. Cerré la puerta del cuarto y me quedé ahí un momento, recostada de ella. Nadie me vio, nadie me escuchó. Fui a prisa para revisar a Flor en su cuna, dormía como un ángel. Esto que había pasado, ¿era verdad? Toqué mi entrepierna, si, era verdad. Estaba mojada y sensible. Tan sensible que tuve que detenerme y entonces sonreí, sonreí y luego reí. Estaba feliz, feliz, aunque no sabía todavía que era lo que tan feliz me hacía. ¿A que había juga do Santos antes? ¿Qué ocurrió esa noche entre nosotros? Lo que fuera nos e parecía en nada a lo que yo acababa de vivir. Me lanc