Robert había pasado la mayor parte de su mañana buscando un regalo para Elizabeth, algo que pidiera una disculpa, pero que no fuera demasiado afectivo para decirle que buscaba algo de ella, un poco detallista, pero no muy afectuoso, algo costoso, pero que no diera otra impresión; pasó por una florería y pensó en solicitar un enorme ramo de rosas rojas, se detuvo cuando pensó que sería algo romántico, observó varias tiendas de ropa, pero no sabía la talla de Elizabeth y pensar en su cuerpo solo lo hacía desearla, así que terminó por alejarse de esos lugares, después de buscar en internet varias páginas se decidió por ir a una joyería, terminó comprando una pulsera de oro blanco, pidió una caja negra y salió satisfecho, era la primera vez que él había comprado algo personalmente, siempre env