–Te he notado muy distante –comentó Diego al notar que Elizabeth no había movido la página de los documentos que revisaba. –Lo siento, solo he estado pensando. –Se puede saber ¿en qué? –En el rojo –murmuró –. En el color rojo. –¿Debería preocuparme? El teléfono de Elizabeth se escuchó y respondió la llamada al ver que era su amiga Cloe. –Cloe. –¡Bety! ¡Es un noventa y nueve! –Ahora no puedo, estoy en las prácticas. –Esas cosas aburridas, ni se van a dar cuenta que no estás. –Aunque no lo creas me dejaron algo muy importante que tengo que terminar –mintió. –Bien, ¿a qué horas sales? –A las cinco, pero debo pasar por Megan a natación. –Yo paso por ella y luego nos vemos en el centro comercial, por favor, es mi momento Alberto cuidará al bebé y necesito salir. –Está