Eliot le dio unos archivos para que se encargará de sacar copias y organizarlos, se notaba que quería deshacerse de ella y lo entendió a la perfección, así que se dedicó a perder el tiempo hasta que la hora de salida llegó. –Puede irse – ordenó Eliot que comenzó a recoger sus cosas, ella lo entendió y lo hizo también. Eliot tomó su camino a la salida, pero Elizabeth subió al ascensor y fue directo al lugar donde no quería volver, su enojo superaba las circunstancias. Darla estaba frente a su computadora terminando de revisar algunos correos cuando desvió la mirada hacía el pasillo. –Elizabeth –habló sorprendida al ver a la chica, hace muchos años que no había llegado a esa oficina. –Hola Darla, quisiera hablar con el señor Anderson. La forma tan despectiva de decir las últimas