El viernes Elizabeth pasó por Megan a su entrenamiento de baloncesto, había aprendido a organizar bien su tiempo con Eliot y poder salir de la oficina a tiempo, al regresar a casa después de un baño hicieron la cena juntas. –Sabes, Matías ofreció su casa para hacer la fiesta –comentó Megan –. Dice que sus padres aceptaron y es un espacio muy grande. –El lugar ya está reservado, Bubú –respondió Elizabeth –. Y eso sería como un tipo de favor que te haría ese chico, no quiero que le debas nada a nadie. –Pero nos ahorraremos el dinero de la reservación o podemos darle algo a ellos, como un regalo de agradecimiento. –Ya te dije que no, deberás aprender a hacer las cosas con tu propio esfuerzo. –¡¿Y eso te ha servido a ti?! –exclamó –. ¡Estás aquí sola! –¡Yo elijo estar sola! –debati