Elizabeth pasó en silencio la mayor parte de la mañana, ahora era a Eliot al que le causaba intriga su comportamiento, sacaba una hoja que parecía arrancada de un cuaderno, escribía algo, la guardaba y volvía a su trabajo, él había estudiado el expediente de Elizabeth y ahora sabía quien había logrado el ingreso de ella al bufete. –Voy a salir un momento –habló Elizabeth. –Bien. Ella no se movió de su lugar, Eliot levantó la mirada y se dio cuenta que seguía ahí. –¿Vas a salir? –preguntó. –¿Qué? –Dijiste que ibas a salir –señaló la puerta. –Eh, si –murmuró –. Si, voy a salir. A Elizabeth no le quedó otra opción que levantarse de su escritorio y salir de la oficina, ella había pasado la noche pensando en lo que había pasado con Robert y Megan, hasta que en horas de la madrugad