Cuando Elizabeth llegó a la práctica de Megan, ella ya estaba afuera esperando, subió al auto para irse, pero Elizabeth le habló. –¿Puedes hacer tu lasaña para esta noche? –¿Vendrá Alex? –No, pero Robert sí. –¡Robert vendrá a casa! –gritó con emoción. –Hablé con él y no tengo idea de como terminé invitandolo a cenar. –Pero podemos hacer algo mejor, ¿qué tal un pollo en el horno? –propuso Megan entusiasmada. –Estoy muy nerviosa para pensar en otra cosa para comer, Bubú –se sinceró –. Por favor, puedes hacer tu lasaña. Megan se dio cuenta que Elizabeth se veía más tensa de lo normal, no sabía que Robert le causara tantas emociones y fue en ese momento en el que tuvo una idea astuta. –Con una condición. –No estoy para condiciones –gruñó Elizabeth. –Me voy a quedar con mi t