La cena fue entretenida, Tomy lloró, Jay duró dos minutos en la silla, Cloe gritó y la señora Anderson hizo un par de preguntas antes de que empezará a llorar recordando a su esposo, además, de la ley de hielo que Megan le tenía a Alex y él intentaba hablarle, todo era inútil, apenas comieron, Alex se fue, Elizabeth ayudó a Cloe a llevar a su mamá a su habitación mientras Megan se encargaba de Jay y Alberto de Tomy, todos tenían una rutina que nadie había acordado, simplemente surgió. –Veo que le gustó la habitación –mencionó Elizabeth. –Gracias por estar con nosotros, Bety –comentó la señora Anderson –. Sé que debe ser cansado para ti también, tener que aguantar los gritos y llantos de todos. –Está bien, será mejor que descanse. –Mami, tomate tu medicina –pidió Cloe acercando su p