Elizabeth pasó temprano a casa de Cloe para recoger a Megan, había obligado a Robert a salir de la cama, era día de cumplir con sus responsabilidades y la jornada laboral a pesar de que Robert solo le diera un par de horas para dormir. La casa de Cloe seguía siendo un caos, ahora con la ayuda de ella la situación se había controlado mejor, pero eso no evitaba que los ni.ños siguieran siendo ni.ños. Al tocar la puerta fue Cloe quien abrió como si estuviera esperando que llamarán por detrás, por sus gestos Elizabeth adivinó lo que iba a decir. –¿Tuviste una cita? –Gracias por cuidar a Megan, Cloe –mencionó –. Solo vengo por ella y si quieres que te lleve aún tengo tiempo. –No me cambies el tema, ¿quiero saber los detalles? Elizabeth hizo un gesto que alertó a Cloe. –¡Cielos! ¡Tuv
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