Al día siguiente el desayuno fue en silencio y Alex prefirió irse por los malos gestos que Megan le hacía. –Iré a la casa de Cloe durante la semana, tengo entrenamiento y estamos cerca de las finales, espero verlas ahí. –No sé si tengo permiso para ir –murmuró Megan. –Megan. –Está bien, nos vemos luego –se despidió. En el momento que se escuchó el auto de Alex salir, Megan casi saltó sobre Elizabeth. –No le puedes creer, solo lo hace para molestarme. –Ya hablamos de esto y si sigues insistiendo te voy a prohibir seguir viendo a ese chico, ¿Acaso quieres dejar de ir al baloncesto? –No, no, no, está bien, ya no hablo. –Bien, ahora debemos limpiar rápido, aún tenemos que dejar preparado todo para la semana y me tienes que ayudar con los muffins. Y así lo hicieron, finalmente d