Elizabeth se lanzó sobre el sofá cuando regresaron a la casa, el silencio y la tranquilidad de su hogar era lo que necesitaba desde hace días, el único motivo por el que estaba con Cloe es porque sabía que la necesitaba. –¿Te ayudo a preparar los muffins? –se burló Alex al tomar lugar a su lado. –Ni siquiera puedes encender el horno. –No digas eso, ya puedo hacer una ensalada –se defendió. –Te pareces a Megan y su lasaña. –Oh cielos, esa bendita lasaña es la razón por la que prefiero traer comida. –Y ella dice que es tu favorita –cuestionó Elizabeth. –Se lo tenía que decir –expresó –. Eso la hace feliz. Alex le había dicho a Megan que era su platillo favorito desde la primera vez que se le quemó y salió algo aguada, eso fue algo motivador para ella y siguió practicando, per