Elizabeth había conducido hasta el edificio Amell preparada para dar su propuesta, sabía que solo tenía una oportunidad porque Diego se encontraba a casi del otro lado de la ciudad con el mismo propósito, el lugar era más pequeño de lo que imaginaba y solo esperaba que pudiera funcionar. En el momento que conoció al señor Amell, su cuerpo se relajo al darse cuenta que era un hombre de color, la visita fue breve y aunque el hombre estaba algo indeciso sobre la inversión cuando ella informó que la misma propuesta estaba siendo presentada a la competencia cambio su postura, estaba conciente de que el material era de la mejor calidad y no iba a dejar que Scheill se quedará con sus beneficios, llamó al edificio para comprobarlo, le indicaron que efectivamente un abogado de la firma Anderson es