Leila:
―Todavía no, cielo. Tiene que ser especial… ― Fue lo último que escuché antes de dejarme llevar por el sueño.
Desperté con la respiración de alguien en mi oreja algo que, aparte de asustarme, me hizo caer de la cama sonoramente. Me levanté del suelo, aun asustada, viendo a Matt dormir plácidamente en mi cama, su respiración aun era pausada y su espalda desnuda me asustaba un poco. Trate de buscar registros en mi memoria de lo que había o no había ocurrido ayer en la noche, fallando, ningún dato o vago recuerdo de la hora en la que había llegado o si había hablado con él. Al parecer las 4 copas de vino que había tomado antes de ir a la cama ciertamente habían hecho efecto en su cerebro. Por ese tipo de cosas el alcohol no era lo de ella.
¿Lo habré invitado a quedarse aquí?
Su e
