La mirada de Kate era interrogante y no sabía que decirle, podía decirle la verdad pero este no momento se veía como el mejor para hacerlo, todos nuestros invitados estaban afuera y no quería arruinar esto para nadie. ―Él se… Cayó con el vaso y este le rebotó en la cabeza.― Mentí estúpidamente. Nadie se creería esa mentira si miraba dos veces. Su mirada cambió de interrogante a preocupación volviéndose a Roberto.― Oh, ¿En serio? – Se agacho a donde se encontraba Roberto tirado en el suelo y me alegré de que estuviera tan enamorada, ¿Por qué? Cuando las personas están enamoradas, no importa que tan absurda sea la mentira, al final la terminas creyendo. ―Estoy bien, Amor. – Dijo con voz de víctima. Se levantó del piso pasándose nuevamente la mano por la cabeza donde había impactado el vas