Leila: ―Podría decir que si… O tal vez no.― Me encogí de hombros “inocentemente”. Matt seguía tomando mis manos cerca de su pecho. Me fulminó con la mirada dándome ganas de reír. Lo atraje a mi dándole un pequeño beso en la nariz, en la mejilla el siguiente y de último en sus labios. Lo cual se había convertido en nuestro juego privado. ―Si.― Dije muy cerca de su oído. Extendió una sonrisa.― Entonces es oficial, somos una pareja. ―Sip.― dije devolviéndole la sonrisa. Duró un rato en silencio mirándome, sentía que mientras más me miraba más quería saber en qué pensaba. ―Te amo.― Susurró con ojos tristes, como si el simple hecho de amarme lo lastimara físicamente, pero luego su mirada cambió a algo parecido a la veneración. Sus ojos reflejaban tantas cosas al mismo tiempo que era
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