Siento que Alguien me Persigue.

1218 Words
Matt: ―Disculpe doctor, ehm...Hola, soy Matthew Brien, el hermano mayor de Emma Brien, la bebe que llegó hace rato con fiebre, ¿me puede decir que tiene o cómo se encuentra? ―Hola, Matt. Soy el doctor Héctor. Pediatra en el turno de hoy― me tendió la mano y la estrechamos.― La bebé aún tiene la fiebre muy alta, se está intentando averiguar la causa. Le haremos varios análisis para saber si es algo grave o solo viral. La tendremos en observación por 24 horas aquí, por ahora parece ser un caso de infección respiratoria, pero no está avanzada por lo que si los resultados salen positivos podemos empezar con el tratamiento.  Solo los padres o guardián legal de la niña pueden entrar con ella, es un protocolo de protección de menores para evitar cualquier situación extraña que pueda poner en peligro al menor. Espero que entienda que por eso no dejamos a su amiga pasar con ella. Justo ahora la niña está siendo cuidada por dos de nuestras enfermeras y una agente social.  En ese momento sentí el brazo de alguien tomando el mío, voltee y vi a Leila que tenía  una pequeña sonrisa en su cara, pero al igual que yo, ella no estaba feliz. ―Doctor, no puedo pagar muchos de los medicamentos que le mandaran. ― Dije con voz baja, aunque sabía que Leila me escuchaba, preferiría que no lo hiciese. ―Tranquilo― me dijo ella con esa voz fina y angelical  que podía calmar hasta la marea más difícil― Yo lo pago. ―Me gustaría que no tuvieses que hacerlo― le dije apenado. Más bien me gustaría que no tuviese que estar aquí esta noche.― Pero igual gracias.― Me sonrió. Si no fuese porque los medicamentos eran para Emma no lo hubiese aceptado. Nos estábamos conociendo y ya íbamos directo a sumergirnos en mi drama familiar. ―Ahora, la bebe está en la parte de emergencia― dijo el doctor, tratando de volver al punto― la tendremos allí hasta que baje la fiebre, después la trasladaremos hasta una habitación donde veremos cómo evoluciona.  ― Yo te traeré ropa a ti y a la bebe en la mañana― Me dijo Cece que estaba a mi lado, aunque no sabría decir cuando llegó. ―Leila―. Me voltee hacia ella― muchas gracias por haberme traído, creo que ya te puedes ir. Ve, descansa y te aviso de cualquier cosa. ―Vendré mañana en la mañana. te traeré comida y café, Te gusta el café, ¿no? ―Sí, está bien― La abracé y le di un beso en la frente― Muchas gracias.― La volví a abrazar.  Realmente no era de abrazos ni solía ser cariñoso con alguien pero ella me provocaba querer ser. Una parte de mí no quería que se fuera y otra quería que estuviese lejos.  Cece nos interrumpió. ―Bueno bombones yo me voy, nos vemos mañana.― Se veía un poco mejor de cuando llegó, ya no estaba llorosa. El doctor y lo que había dicho la calmaron, ya casi parecía ella misma. ― Okay, chicas. Me tengo que ir con el doctor.―Tome la mano de Leila delicadamente y le susurre― Maneja con cuidado.― Ella se despidió del doctor y luego de mi con un beso corto en la boca casi fugaz. Nuestra primera cita había sido interrumpida pero se lo recompensará...¿cómo?  Ni idea. Pero lo haría.     Leila:  Me fui del hospital en donde se había quedado Matt con su pequeña hermanita. Aun no creía que Matt mantenía a una pequeña aparte de él. “No, no pienses mal. Cece es solo una amiga de la vida. Vivo con ella solo porque…” ―Claro porque tengo una bebe que cuidar― dije para mi misma en el auto, completando la frase que fue interrumpida cuando el chico de la pizza llegó. Algo en mi se rompió y algo nuevo creció en su lugar, algo cálido y vivo. Ahora sentía más por Matt, aunque no sabía que era pero se sentía bien. ¿hace cuanto me dijo que los padres de él se fueron? ¿1 año? ¿2 ?― ¿Cuántos años tendrá la niña? Mañana me encargaría de preguntarle. Las calles estaban muy vacías para ser un viernes en la noche, eso era lo que más me gustaba de vivir en las afueras de Londres, podía ser holidays pero las fiestas no duraban hasta la madrugada. Todo estaba muy callado y eso me gustaba. Llegué rápido a mi casa. Me estacione y baje del auto. Escuché unos pasos detrás de mí y me ericé. Era muy tarde para que alguien estuviese por aquí,  eran pasadas las 12 am. Los pasos se acercaban y yo solo me quedé muy quieta al lado del carro pensando. Entonces recordé que en la cartera siempre llevaba  una navaja que tenía diferentes herramientas como una tijera, lima y varias más. La busque en la cartera rápidamente y empecé a caminar al ascensor.   Los pasos  en el concreto se escuchaban como bloques cayendo,  haciendo eco en las paredes;  Estaba llegando y todo estaba oscuro. Toque el botón del ascensor. Los pasos atrás de mí se sentían más cerca y rápidos y mi respiración se entrecortaba. La sangre en mis venas iba más rápido y el latir de mi corazón me zumbaba en los oídos. El ascensor finalmente llegó  y entré rápido. Dentro marqué mi numero de piso repetidas veces hasta que la puerta empezó a cerrarse, solté el aire contenido y me permití relajarme. Pero no duró mucho, en ese momento unas manos se metieron entre las puertas del ascensor y estas chirriaron. Se me escapó un pequeño grito, las puertas se empezaron abrir de nuevo y yo solo maldecía para mis adentros. Se abrieron completamente en frente de mí apareció un hombre que solo había visto pocas veces. Mi nuevo vecino. El entró en el ascensor con aspecto normal y relajado, en cuanto a mi estaba muriendo por dentro con un paro cardiaco. Los latidos de mi corazón llenaban todo el lugar y mis piernas parecían gelatina. ―Buenas noches― Saludó y yo respingé con su voz sorpresiva. ― Buenas noches― le dije apretando más la navaja que aún llevaba en la mano como si fuese mi vida en ello. Parecía no poder hablar bien porque mi voz tenía temor y sorpresa incluido. Él marcó el piso 1 y subimos en silencio pero mi corazón aún se escuchaba en mis oídos... ¡parecía querer salirse de mi cuerpo!. El llegó a su piso, salió del ascensor y me miró de arriba a abajo detalladamente, con cara de pervertido. Las puertas se cerraron y finalmente respire. Guarde la navaja en el bolso y saqué mis llaves Sabía que lo había visto dos veces antes. también sabía que se había mudado hace una o dos semanas al edificio pero nunca lo había visto tan cerca y nunca me había visto, menos con cara de pervertido. Me quité los zapatos en la puerta de mi casa y vi todo lo de la cena interrumpida. tome la pizza o  lo que había quedado de ella, y lo puse en la nevera. Los cojines estaban en el piso y todo estaba algo desordenado pero mañana lo haría. Hoy tomaría una ducha y a la cama. Allí seguía pensando en Matt y Emma. había una sensación agradable al estar con ellos. Tal vez era la sensación de estar cerca de una familia, o el sentir que podía ayudar en algo. bueno, eso lo pensaría después. ahora necesitaba dormir y procesar lo que había sucedido en el día de hoy. Sin mencionar los besos de él.
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