El mayordomo estuvo un buen rato intentando convencer a la princesa que volviera al palacio, sin embargo no hubo manera de hacerla cambiar de opinión, al final el mayordomo tuvo que volver al palacio y reportar a su majestad que la princesa se había negado a volver al palacio. _ ¿Por qué se ha negado a regresar? _ Dijo que prefería vivir en ese lugar que en el palacio, su majestad. _ Está bien, déjalo, cuando me encuentre mejor la traeré de vuelta, envía sirvientas para que cuiden de ella. _ Si, su majestad. A las pocas horas el mayordomo envió a varias sirvientas para que atendieran a la princesa. Ellas vieron a la princesa con los pies descalzos y las ropas llenas de tierra la miraron con desprecio, pero hablaron cortésmente. _ A partir de hoy cuidaremos de la princesa. A Pesar d