Alessandro se sintió mal al ver llorar tan desconsoladamente a Abril, él no sabía qué decir para hacer que se calmara, él suspiró pesadamente y le dijo. _ Deja de llorar, si lo que deseas es quedarte en este lugar puedes hacerlo. Las lágrimas de Abril cesaron y preguntó. _ ¿En verdad me puedo quedar aquí? _ Si. _ ¿Ya nadie me molestará? _ Enviaré al mayordomo de vez en cuando para que se asegure de que no te falte nada, si no quieres que las sirvientas vengan no lo harán. Abril agachó su cabeza y le dijo. _ Muchas gracias. Alessandro dio medía vuelta, se dirigió a la puerta y antes de salir dirigió su mirada por última vez a la princesa y le dijo. _ Gracias por salvarme en el bosque hace unos días. _ De nada. Alessandro se marchó y dio sus nuevas órdenes al mayordomo, después d