Abril estaba pensando en cómo haría para sacar las espinas restantes cuando escucho que alguien tocaba la puerta, era el médico.
_ Me han enviado para atenderla.
Abril se sorprendió, ella no esperaba que alguien fuera a ayudarla y menos aún que fuera un médico; él la atendió sin hacer preguntas; retiró las espinas restantes, limpió las heridas y le dijo.
_ Procure no mojar las heridas, sus pies están en peor estado, intenté no levantarse de la cama hasta que estén mejor.
_ Gracias doctor, lo tendré en cuenta.
Le diré a las sirvientas que cambien el vendaje y revisen con regularidad las heridas para que no se infecten.
Abril sabía que aunque le dijera a las sirvientas que cambiarán su vendaje y revisaran sus heridas ellas no lo harían.
_ Doctor podría dejarme los vendajes, los cambiaré yo misma, no me gusta que otras personas me toquen.
_ Aún así me parece que sería mejor que una de las sirvientas lo hiciera.
_ Por favor.
El médico al ver los ojos suplicantes de la princesa accedió a sus deseos, le entregó varias vendas y algunas pomadas para las heridas.
_ Procure revisar las heridas que sea posible de ver, si le parece bien vendré en unos días para ver cómo se encuentra y asegurarme de que las heridas no se hayan infectado.
_ Muchas gracias, se lo agradeceré eternamente si hace eso.
Aquel médico era viejo y amable, él sabía que había algo ocultó en todo eso, era imposible que a la princesa le molestará que otros tocarán su cuerpo ya que ella no se había inmutado cuando él la había tocado, había una historia oculta detrás de todo eso, pero él no quería insistir en que ella se lo contará.
Después de que el médico se fuera, el rey lo mandó a llamar, él no preguntó cómo estaba la princesa, solo hizo que se quedará de pie durante un buen rato, él médico comenzó a hablar sin que le preguntarán.
_ Por suerte las heridas de la princesa no son tan graves como para dejar cicatrices, sin embargo debe tener especial cuidado con las heridas de sus pies, las espinas se clavaron más profundo ya que camino mientras tenía las espinas en sus pies.
Alessandro escuchó todo sin hacer preguntas, después el médico se marchó.
Unos días después el médico regresó a visitar a Abril, sus heridas estaban casi curadas, solo las que habían sido más profundas seguían sin curarse por completo.
Durante una reunión el padre de Victoria el duque Alfonso Vampel, estaba furioso por el presunto ataque que había sufrido su hija por parte de la princesa, él exigía que la princesa fuera castigada.
Después de tanto insistir Alessandro decidió darle un castigo a Abril, la reunión terminó poco después.
Alessandro estaba cansado, no tenía ganas de seguir discutiendo con los nobles, casi todo el reino odiaba a los Venobich. Él sabía que ese incidente solo era una excusa para hacerle pasar un mal rato a la princesa, Alessandro había pensado que el que saliera herida por sus fechorías era un castigo más que suficiente, sin embargo los nobles no lo consideraban igual.
Alessandro se recostó en su silla, suspiró pesadamente y pensó en darle a la princesa un castigo no demasiado severo, ni demasiado blando para que los nobles no siguieran molestandolo.
Después de unos días, cuando el médico dijo que la princesa estaba completamente recuperada fue a visitarla a su habitación. Ella estaba de pie junto a la ventana mirando el jardín con sus pies descalzos, Alessandro la considero una princesa extravagante que le gustaba ir sin zapatos y con ropas ligeras ya que su vestido era cortó y mostraba más de lo debido, él se aclaró la garganta y le dijo.
_ Princesa.
Abril se dio la vuelta al escuchar una voz masculina detrás de ella, al ver al rey se preguntó qué hacía en ese lugar, ya él siempre demostraba su odio cuando la veía.
Con un rostro molesto el rey continúo diciendo.
_ Veo que ya te encuentras mejor, debido a tu mal actuar recibirás un castigo como es debido, te trasladaras a una parte alejada del castillo durante unos días, no tendrás sirvientas a tu servicio y deberás apañartelas como puedas, quizás así valores el trabajo de los sirvientes y medites sobre tu comportamiento.
Abril suspiró, el rey estaba haciendo lo mismo que su padre, dejándola en el olvido en un rincón del palacio, ella solo esperaba que ese lugar no estuviera en ruinas.
_ Tendré derecho a dos comidas por lo menos.
Esa pregunta hizo que Alessandro se molestará, él la estaba castigando, no matando de hambre.
_ Por supuesto.
Si iba a tener sus tres comidas, lo demás le dio igual a Abril y aceptó obedientemente un castigo que no merecía.
Esa misma tarde ella fue llevada a la parte más alejada del castillo, ellos la dejaron en una pequeña casita que debía haber sido usada por el jardinero en algún momento, era pequeña agradable y acogedora, aunque se suponía que era un castigo Abril sintió que esa era una recompensa para ella, ya no iba a tener que vivir encerrada en una habitación, tendría una pequeña casa con patio.
Abril intentó poner una expresión de tristeza, ya que si las sirvientas la veían feliz iban a querer molestarla nuevamente.
Las sirvientas le entregaron una cesta con frutas y verduras y le dijeron.
_ Este lugar está demasiado retirado, la princesa tendrá que preparar sus propias comidas, ya que no podremos venir hasta aquí a entregarla, estamos demasiado ocupadas para eso, además su majestad dijo que este era su castigo.
Abril sabía que las sirvientas estaban mintiendo, ellas simplemente no querían seguir haciéndose cargo de ella y pensaron que esa era una buena oportunidad para hacerlo.
Aunque por lo menos le habían dado los ingredientes para hacer su comida, eso fue un alivio para Abril, ella tomó la cesta con las verduras e ingresó a la casa, las sirvientas se fueron inmediatamente.
Aquella casa era pequeña pero estaba muy bien cuidada, también había una chimenea así que cuando llegara el invierno no se moriría de frío si recolectaba leña antes de que llegara el invierno, Abril sonrió ampliamente, lo que se suponía que era un castigo ella lo vio como una bendición, ahí no había nadie que la vigilará, ni que le impidiera salir de su habitación, aunque debía de procurar no acercarse al palacio ya que si los sirvientes la veían podrían querer meterla en problemas.
Abril dio un suspiro de alivio, por primera vez en mucho tiempo, parecía que la suerte por fin le sonreía.
_ Al final salí ganando con todo ésto, esa mujer quería verme sufrir, sin embargo no sabe que terminó haciéndome un favor, espero que se mantenga sana y tenga una buena vida.