Capítulo 1 “Mansión Winchester” II Parte

1201 Words
Sarah caminó fuera de la habitación disfrutando de la sensación de la madera fuerte contra sus pies, no sabia como una casa como esa aun seguía en pie, parecía cosa de magia o algo, según el banquero debian haber algunos registro de esa la mansión Winchester pero tales documentos se extraviaron o se volvieron polvo con el paso de los años, ni siquiera sabían que eran responsable de tal mansión hasta que una determinada Sarah dispuesta a conseguir lo que queria habia aparecido ante ellos. Si bien la casa le faltaba bastante para medianamente modernizarla o mejorar algunos detalles que con el paso de los años habia desmejorado el lugar ella estaba encantada de volver a traer la vida a cada centímetro de la mansión, habia empezado por pulir la madera, y se sorprendía al darse cuenta que no habia encontrado ni rastro de polillas por ningún lado asi que rápidamente habia descartado la idea de que la mansión tuviera siglos, quizás pertenecía a una persona amante de ese estilo y la habia construido para que pareciera una autentica mansión victoriana, sea como sea Sarah estaba contenta de no tener que gastar tanto de su bolsillo en reparaciones o que la casa se le viniera encima mientras dormía Camino hacia el mini refrigerador que había traído desde Londres en su Pick up, la mudanza no vendría hasta más tardar en una semana mas  para que lograra tener todas su cosas con ella —Veamos que hay aquí —Murmuró abriendo el mini refrigerador y sacando queso amarillo y un poco de jamón en rebanadas, encontró la bolsa de pan que habia comprado hace un día en un rápido viaje al pueblo Aun no tenía su cocina asique mientras tanto hacia pequeñas fogatas afuera o comía comida que no tuviera que cocinar, habia tardado y gastado un poco más de lo que esperaba en mandar a colocar un cableado eléctrico por toda la casa, ese había sido el mayor golpe a su cartera pero era eso o vivir en penumbras   La casa era de dos pisos y tenía un atico que no habia revisado todavía, solo Dios sabria lo que se podría encontrar en un lugar asi, era algo ostentosa en cuanto a decoración, habia demasiados jarrones por donde quiera que mirara, el papel tapiz definitivamente si habia pasado a mejor vida, pero no era nada que una cubeta de agua con jabón, desinfectante y pintura no pudiera arreglar. De momento habia limpiado un poco el piso y sacado brillo a la resistente madera,  los muebles no habían sobrevivido, estaban hechos trizas en la que solía ser la sala asi como algunos escaparates que no eran mucho su estilo, esos habia ido a parar a la entrada, en algún momento cuando fuera al pueblo los llevaría a su auto y se irían directo a la basura ya que dudaba que el camión de la basura recorriera una ruta cerca de la mansión, estaba a veinticinco minutos del pueblo   No habia casi inmobiliario en el lugar, aun tenía mucho por ver pero mientras se mudaba no podía descuidar su trabajo, tenía grandes ideas, maravillosos personajes en mente, todos serian creados en el ambiente tranquilo en el que ahora vivía Con manos rápidas de preparo un Sándwich  de jamón y queso, camino por la improvisada cocina y desde la ventana observó el patio de la casa, habia logrado quitar toda la melsa y en su lugar sembrar hermosas flores que terminarían dándole más vida al lugar, los rayos del sol bañaba el bosque y se colaban entre las grande copas de los arboles, a lo lejos banana las hermosas colinas “Sera un día hermoso” fue lo que pensó al ver todo aquello y respiró el aire de la mañana, era puro y gracias a su leve limpieza logró frenar cualquier alergia por el polvo, a lo lejos podía escuchar el canto de los pájaros, amaba esa vida rural que habia escogido, estaba lejos de parecerse al ajetreo de Londres donde lo primero que te despierta es el trafico desmesurado y las bocinas de los autos Diez minutos más tarde habia limpiado lo que ensució al prepara su desayuno, la mayor parte de ese tiempo la paso entretenida con la sensación de tranquilidad en su alma y profundamente enamorada de la que ahora era su casa, luego se dirigió al piso de arriba subiendo rápidamente las  escaleras libres de polvo, el pasillo del ese piso estaba vacio a  excensión de una pequeña mesa de madera que habia colocado al final debajo de la ventanal de vidrio y sobre ella un jarrón con flores de Astilbe color durazno, el antiguo papel tapiz se habia ido, las paredes aunque libres de polvo estaban desconchadas “Debo comprar más pintura” pensó Sarah haciendo un puchero con sus labios, en el pasillo habia  tres cuarto que de seguro fueron las habitaciones de huéspedes en el pasado, en una de ella dormía, la otra era el baño y la tercera estaba completamente vacia, el piso inferior contaba en el fondo con una amplia  y antigua cocina, con salón mediano, una biblioteca llena de libros antiguos y polvorientos que planeaba convertir en su lugar de trabajo, habia un pequeño espacio que convertiría en una sala en toda la entrada principal, en las paredes del pasillo colocaría muchos cuadros, la sensación de madera desapareció de sus pies  siendo remplazada por los fríos azulejos del baño, habia sido una de las primeras cosa que habia modernizado un poco y sin embargo conservaba el estilo victoriano que tanto amaba Habia conservado la tina de porcelana blanca y una antigua y funcional ducha sobre ella, los azulejos del suelo eran blanco y n***o, Sarah no se habia podido contener y forró la mitad de las paredes hasta el techo con un papel tapiz con un diseño elegante en color crema y verde grisáceo, de la mitad hasta el suelo estaba cubierto con diseños y bordes de yeso Por suerte las tuberías no eran tan malas, no toda la casa contaba con ellas… Pero ese era otro asunto que debía conversar con su cartera, por lo menos se habia logrado traer su propio calentador Mientras el agua se calentaba dejo que las tiras de su camisón se deslizaran por sus hombros hasta caer en el suelo, luego le siguieron sus braguitas de encaje, se coló dentro de la bañera y el agua se precipitó por su cuerpo, tibia y relajante, lo que más deseaba era tomar un baño en la tina pero no habia tiempo que perder, todavía faltaba mucho por hacerle a su nuevo hogar Sarah cerró los ojos dejándose llevar por los sonidos del bosque fuera de la casa pero cuando los volvió a abrir la tranquilidad desapareció por completo mientras se giraba, pensó que era una especie de alucinación que sus ojos veian, quizás estaba confundida… Sin embargo mientras más veia la sombra masculina reflejada en la cortina más se le hacia difícil creer que todo era producto de su imaginación, parpadeo varias veces sin conseguir que desapareciera aquella sombra, un jadeo de sorpresa escapo de sus labios, tomando valor desde lo más profundo de su ser abrió la cortina… 
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