Ghost Love

Capítulo 2 “Oscura tentación”

“Debo estar loca” pensó Sarah parpadeando varias veces al lugar donde pensó que encontraría… ¿Qué? ¿Al dueño de dicha sombra?

—Esta bien, ahora estoy viendo cosas —Dijo ella para si misma mientras negaba con la cabeza

Terminó su ducha, seco su cuerpo con una toalla y se cubrió con su albornoz, salía del baño y se fue directo hacia su habitación, enfundo sus piernas en unos leggin grises y se colocó un top deportivo,  habia empezado desde que se habia mudado a correr por las mañana alrededor del bosque, la relajaba y de alguna manera era una forma de conocer el lugar en el que ahora vivía, se colocó sus zapatillas de correr y observo su habitación, no era la más femenina, podía decir que su antigua dueño debía ser un hombre por la decoración del lugar a pesar de ser estilo victoriano, pero le trasmitía una sensación de paz, después de haberla limpiado podía decir que realmente era perfecta. Bajo corriendo las escaleras pero a la mitad del recorrido se tropezó con sus propios pies, sus mano osciló en el aire por tomar la barandilla pero solo sujetaron el aire, cerró los ojos preparándose para la caída, no le faltaba mucho para llegar al último escalón

Aunque fuera rodando llegaría

Espero la inminente caída, espero el dolor… De repente fue jalada  y sus manos volvieron a la barandilla de madera, por puro instinto se aferro a ella aunque sabia que no se caería

—Dios mio —Jadeó con los ojos abiertos como platos, mientras miraba todo a su alrededor

¿La habian jalado? ¿Quién lo hizo? Lo único que se movia en ese momento era una de las cortinas, frunció el ceño, el movimiento debía ser provocado por la brisas después de todo estaba corriendo aire dentro de la casa

Definitivamente estaba paranoica… Pero ella no se habia imaginado

Busco sus audífonos  y luego bajo las escaleras, tenía la sensación de estar siendo observada por momentos pero era imposible, no tuvo otro incidente mientras bajo los escalones de madera, se dirigió hacia la puerta principal y luego dio una mirada hacia el interior de la casa, todo estaba en silencio y absolutamente quieto, con encogimiento de hombros salió a correr

Quizás un poco de ejercicio despejara su cabeza de todas esas alucinaciones

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Nicolas observo desde la ventana de su habitación —la habitación de ambos —a la pequeña mujer cuando salió de la casa y frunció el ceño

“Sarah”

Sabia que ese era su nombre porque la habia escuchado hablar a través de un raro artefacto cuando se presentaba asi misma, era la misma mujer que habia comprado su casa… Y la misma mujer con la siempre habia soñado

Nicolas tenia tiempo si ver a una persona en su mansión, quizás un siglo o menos, supuso que tanto como él y la casa habían quedado en el olvido, eso habia pensado hasta que ella habia atravesado su puerta con una sonrisa en su rostro y limpiando todo a su paso. Con el tiempo que habia trascurrido para la mayoría de las persona  él simplemente habia desaparecido o nunca existió, un sentimiento muy horrible lo carcomió en su momento cuando su mente era castigada con todos esos pensamientos, sin embargo aprendió a asimilarlo y en honor a la verdad hasta se habia resignado

Cuando habia conocido a Sarah no pudo evitar el atisbo de esperanza que se asomó dentro de él, incluso antes de que ella llegara hasta él habia tenido el placer de verse en sus sueños

Y no es como si eso ahora hubiese cambiado mucho

Habia “algo” que lo atrapaba, que lo atraía hacia sus brazos, simplemente no podía resistirse, habia entrado en un profundo pánico y miedo que tenía muchísimo tiempo sin sentir cuando estuvo a punto de caerse por las escaleras, no pudo alcanzarla con su mano ya que a esa hora del día simplemente la traspasaría pero logró con ayuda de las sombras y sus poderes hacer que las cortinas la sostuvieras mientras que rápidamente se recomponía

En ese momento deseaba ir detrás de ella, la mansión estaba un poco alejada del pueblo y  algo oculta en el bosque, ninguna de los dos podía saber si realmente estaba salvo rodeada de la extensa naturaleza, podría salir un animal peligroso o asesino en serie…. O algo mucho peor, él podía sentirlo allá afuera a pesar de no poder verlo, sabían criaturas paranormales rodeándolos, el hecho de que hubiesen pasado desapercibidos solo era gracias al hechizo de aquella zorra quien de seguro se aseguró de eso

Hasta que Sarah habia aparecido

No tenía forma de saber  si ella era la correcta, la mujer por la que habia estado esperando todos esos años, la única capaz de liberarlo de esa maldición, no podía salir, sentia que cada vez que el pensamiento venia a su mente gruesas e invisibles cadenas lo retenían aun más y la rabia lo consumía ante el recuerdo de aquella zorra que lo dejó ahí en primer lugar, decir que adoraba su casa seria mentira, era una su prisión y lamentablemente lo único que conocía, habia visto la forma de vestir de Sarah, la cosas extrañas que habia traido con ella, solo podía imaginarse lo mucho que habia cambiado el mundo y la tristeza lo invadia

¿Acaso debía sentir esperanza?

Lo cierto es que cualquier cosa era mejor que permanecer en ese lugar por mucho más tiempo

Suspirando camino hacia la habitación que ahora compartía con ella aunque su nueva dueña no lo sabia, observo el que debería ser su reflejo en un espejo de cuerpo completo que ella habia traído consigo durante su pequeña mudanza y solo observo apenas un destello de su persona, durante el día era tan visible como cualquier fantasma, apenas una sombra en el mejor de lo casos. Por mucho tiempo solo en sueños logró sentir el contacto de otra persona, el contacto de Sarah, adictivo, embriagante,  nunca habia deseado tanto una mujer como a ella, ni siquiera recordaba haber deseado tanto una estando con vida, desde que ella se habia mudado habia sido capaz en las noches de sucumbir ante la tentación y no era el único, ella gustosa se entregaba a él de la manera más sensual y deliciosa posible, aun podía recordar la suavidad de su piel, el sabor de sus pechos, los dulces sonidos que hacia

Él era el culpable, el único responsable de la reacción de su cuerpo y no podía esperar a tenerla de nuevo