MI FAMILIA

1735 Words
CHARLES ALBERDER —Su tío, falleció hace cinco meses sin descendencia masculina, no teniendo más sucesores directos es usted heredero del ducado— me explica Lord Tristán, con mucho detalle. —Entiende lo que digo— me dice ante mi mutismos —Si mi lord— entiendo digo en ingles atroz a causa de mi lengua madre —El ducado comprende varias propiedades dentro y fuera de Londres además de las joyas de la familia, y el dinero que comprende varios millones convirtiéndole en uno de los hombres más ricos del país—me informa observando mi expresión ¡que no varía para nada! —Eso está bien, ¿Cuáles son mis responsabilidades?— le pregunto con los ojos entrecerrados, siempre en estas cosas, hay trampa. Me entrega un sobre sellado con el escudo familiar, sé que contiene una carta dirigida solo a mí. La abro con delicadeza, y comienzo a leer las líneas que me dedico mi tío… Querido sobrino Como bien te debe haber enseñado mi hermano, un gran poder acarrea una gran responsabilidad, hoy tú eres mi único heredero, pero no solo adquieres mi fortuna también lo haces con mis responsabilidades. Es tu deber velar por el bienestar de todos los habitantes de mi ducado, te ruego que tomes bajo tu protección a mis dos hijas se su tutor ambas se encuentran en edad casadera, este año debe ser su presentación, debes velar porque se casen bien, perdona sus arranques, fueron criadas como princesas y ahora dependerán de tu buena voluntad, te pido las protejas ¡como si fuese yo mismo ¡ ya que su madre partió de este mundo hace algún tiempo. Alexander Phillipe Duque Albender —¿Estás de acuerdo?— pregunta el abogado, yo asiento —Debe firmar acá— me dice él y yo comienzo a leer con detenimiento los documentos que me entrega. Él se sorprende y sonríe mientras leo todo— Creo que sabrá manejar la responsabilidad que le ha sido asignada— —Yo también lo espero, digo firmando con seguridad el documento Y allí me entrega en mis manos el anillo, que demuestra ante el mundo mi estatus, me lo coloco ante la mirada sorprendida de Terry ¿te comieron la lengua los ratones?— bromeo ante su silencio —He estado a su lado tanto tiempo, y no le conozco— me dice asombrado —Creo que yo mismo me desconozco, debes quitar toda esta barba recordar mi rostro— bromeo en su cara y el solo niega sonriendo. —Disculpe que le moleste Lord Stone, no estoy familiarizado con mis propiedades podría enviarme a la casa donde se encuentra mi familia—le pido el favor al pequeño abogado —Sera un honor acompañarle su majestad— me dice el abogado mientras se coloca su sombrero para acompañarme hasta donde esta mi familia ¡tengo familia!, creí estar solo en el mundo, espero me reciban bien… El camino de piedra es un poco accidentado el continuo movimiento del coche lastima mi espalda ¡tengo mucho tiempo viajando y estoy muy agotado! —¿Disculpe el atrevimiento, podría enviar a alguien a casa para encargar unos trajes?, como ve no tengo el aspecto más adecuado para presentarme en sociedad— le pregunto a Lord Tristán algo apenado —No se preocupe, le ayudare como no pude hacerlo en su tiempo con su padre, sabe era un buen amigo mío, pero en aquella época no contaba con los recursos para apoyarle cuando sus padres le dieron la espalda— dice con el rostro un poco descompuesto. —Le puedo recomendar un, ayuda de cámara— me ofrece también —O no lo necesito, mi amigo Terry cumplirá esa función— le aclaro a lord Tristán —Gracias, siento que estoy en un sueño ¡jamás soñé, ser amigo de una persona de la realeza!— dice todavía sin creerlo. —Soy la misma, persona con quien compartiste camarote, tener un titulo, no me va a cambiar si alguna vez, se me llega a subir el ego ¡por favor! Házmelo saber— le digo a Terrry. —Eres la copia, digna de tu padre ¡el poder no te va a cambiar!— me dice Lord Tristán. > medito en mi mente, después de hora y media sobre el coche apenas a las afueras de Londres una majestuosa propiedad se nota inmensa aun desde la distancia. — El hogar, oficial del duque Albender “Jazmíne house”— dice Lord Tristán para que observe a través de la ventanilla —No puedo creerlo, tu casa es inmensa ¡veníamos pasando hambre!— Suelta Terry sin filtro alguno, ¡a veces provoca taparle la boca!. Estoy nervioso, voy a conocer a mis primas, espero no me rechacen ¡la sociedad es cruel! No sé que esperar, el carruaje se detiene frente a un portón inmenso, que es abierto inmediatamente por un servidor al notar el escudo de Lord Tristán en el coche. —El carruaje avanza uno metros más, hasta detenerse por completo al frente de la propiedad, de la cual desciende Lord Tristán, y Terry—Espere un momento majestad, debo preparar a todos para recibirlo como se merece— me dice deteniéndome cuando estoy intentando bajarme —Está bien— le digo yo, respirando profundo para calmar los nervios que me atacan, hasta hace poco era un hombre sin raíces, sin nadie en el mundo y ahora tengo la responsabilidad de una jóvenes en edad casadera, tal vez mi aspecto las aleje, pero mi proceder hablara por mí, siempre he sido un hombre ejemplar y de principios, hare lo mejor para todos. —Puede venir— me dice Lord Tristán limpiando su frente con un pañuelo se nota nervioso, desciendo con lentitud, y la espalda recta con el mejor porte posible. La puerta es abierta, por el mayordomo que se sorprende al verme ¡no gratamente al parecer! Pero rápidamente se compone de la mala impresión que le he dado. —Bienvenido su excelencia, puede seguirme— dice haciéndome pasar —Escucho hasta los pasos de mis sucios zapatos, en el salón hay un silencio sepulcral, hay un grupo de personas formados en una fila todos mejor vestidos que yo pero, mis ojos viajan inmediatamente al pie de La escalera, donde esta un ángel literalmente, estoy con la boca abierta ¿será una de mis primas, Lord Tristán interrumpe mi ensoñación cuando me presenta ante el personal. —Con ustedes su majestad, el Duque Albender— me presenta Tristán todos se notan sorprendidos y comienzan a inclinar se ante mi presencia y a presentarse. —A sus órdenes su majestad, soy su mayordomo Damian Hollan— —Soy la señora Hollan y soy su cocinera— —Una risa chocante y burlona interrumpe la presentación del personal, volteo a ver que se atrevió a burlarse –No puedo creerlo ahora el Duque ALbender es un pordiosero— suelta de la manera más despectiva posible “el angel” que vi al llegar... Aparece otra hermosa joven a su lado, con los ojos idénticos a los míos y la golpea con el codo en las costillas— Primo debes disculparla, es una amargada desde que su novio termino su compromiso con ella soy Elena— —Es un placer conocerla Lady Elena— le digo inclinándome caballeroso ante ella. —Oh que barbaridad, y tiene un ingles pésimo además— dice la mujer más bella, que he visto en mi vida. —Siento causarle una molestia ¿con quién debo disculparme?— pregunto con curiosidad Ella me mira con altivez sin responder –Es Elisabeth mi hermana, su prometido el conde de Windsor la dejo al saber que ahora somos las parientes pobres— me informa mi prima Elena —¡Que buena suerte tiene usted Elizabeth!— le digo yo —Es un desgraciado, su vida arruino la mía— me dice con los ojos brillantes de la ira. —Usted, fue rechazada por un hombre que no la valoro por ser quien es, sino por un beneficio económico, ¡tienes la posibilidad de encontrar el amor!— le digo sereno —Usted me da risa ¿crees en el amor?— me dice con ironía. —¡Jamás seré forzado a un matrimonio sin amor, por amor mi padre en su momento renuncio a todo!— le explico yo. —Y fue un infeliz muerto de hambre y extranjero— me dice con asco —Fue un hombre, feliz hasta en ultimo día de su vida, nunca se arrepintió de la decisión que tomo— le digo con seguridad, viví en un hogar feliz con alguna carencias hasta la muerte de mis padres —Usted con su mentalidad romántica va a llevar al ducado a la ruina— dice con actitud amarga Elena niega mientras ella pregunta—¿Cuánto tiempo nos da para marcharnos?— pregunta con la barbilla alzada y temblorosa —¿A dónde piensan ir?— cuestiono intrigado —No lo sé, pero al usted llegar debemos irnos ¿no es así?— me dice a punto de soltar las lágrimas. —Mi Lady, este romántico promete que les proveeré como si fuese su propio padre, les daré una asignación para sus gastos y una buena dote, para que se casen bien, a partir de hoy soy su tutor— Elena corre sin decoro alguno y me abraza estampándome un beso en la mejilla, sin importarle mi mal aspecto –Desde que te vi algo dentro de mí, me hizo confiar en ti, ¡eres tan parecido a papá!— —Me tengo que retirar mañana vendrá el sastre que ha pedido su majestad, señoritas— dice despidiéndose Lord Tristán —Le acompaño— dice el mayordomo y se va con él a la puerta. —¡No deberías abrazarlo! ¿Dónde está tu educación? además te puede pegar los piojos— dice enojada Elizabeth retirándose corriendo por las escaleras sin despedirse. Se termina de presentar todo el personal, son al menos 20 personas para cuidar de la mansión que tiene varias hectáreas de tierra cultivable y un establo. Lo único que me quedo dando vueltas en la cabeza es que Elizabeth no se parece en lo absoluto físicamente a los Albender ¡preciosa! Pero muy malhumorada, ¡oh por Dios parece el inicio de una dulce pesadilla!
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