15. CALMA EN ALTAMAR

1589 Words
Helea Finalmente estoy aquí, tomo un taxi y pido que me deje en la iglesia, hace muchos años no voy a una, pero de alguna manera necesito sentir esa conexión o quizás sea una excusa para tener un poco más de tiempo. —Ave María purísima —procede el párroco al ingresar al confesionario. —Sin pecado concebida padre. —Cuéntame tus pecados hija. —Padre, llevo un pasado fuerte en mi vida y ahora por fin soy feliz con alguien que en verdad me ama, me trata con el mayor de los respetos y me cuida como un tesoro, pero temo que hoy al decirle la verdad o más bien, un secreto que me he guardado todo este tiempo, me rechace y me odie, no sé de dónde sacar la fuerza, pensé que quizás viniendo aquí encontraría algo que me ayude. —Hija, recuerda que es Dios quien perdona nuestros errores y nos juzga según su voluntad, ella es una persona más como todos aquí y si tan grande es ese amor que dices que te tiene, encontrará en su corazón la fuerza para comprenderte, solo habla con la verdad y te aseguro que encontrarás paz en tu corazón para que juntas puedan salir adelante. —Padre, ¿realmente cree que ella pueda escucharme y perdonarme por ocultarle algo de tal magnitud? —Hija, de lo poco que las he visto, y solo de lejos, me atrevo a decir que ella en verdad te ama, pero la respuesta a esa pregunta la tienes tú que la conoces mejor que cualquiera y aun si ella necesita un tiempo para pensar, dáselo, a veces lo necesitamos para aclarar las ideas, pero al final todo estará bien si su amor es sincero. —Muchas gracias padre, deja mi corazón más tranquilo con sus palabras. —Un placer ayudarte hija, te absuelvo de tus penitencias puesto que creo has pasado las suficientes, ve a ser feliz con la persona que amas sin miedos ni secretos, solo la verdad, que Dios te bendiga hija. —Gracias otra vez padre, que tenga buen día. De esa forma tomo mis cosas y voy a casa buscando a la persona que más anhelo ver. Al llegar, todos me saludan con gran emoción, Matt me dice que ella salió, pero regresará en un rato con el almuerzo de todos, así que decido organizar mis cosas y darme un baño para esperarla, aunque no fue sino hasta las dos de la tarde que veo su auto estacionarse, ella había enviado los almuerzos para todos así que ellos compartieron conmigo. Me encuentro en el sofá nerviosa porque al fin me quitare este peso de encima y al mismo tiempo no sé qué esperar de ella, unos minutos después escucho sus pisadas, la puerta se abre dejándome ver sus ojos llenos de sorpresa al encontrarme en casa y ella esboza una sonrisa tan maravillosa que me impulsa a correr para abrazarla con gran felicidad, llenándola de besos mientras siento su fuerte abrazo. —¿A qué hora volviste? Pensé que llegarías en la noche. —Decidí venir antes, te extrañaba demasiado y también quiero hablar contigo de tantas cosas. —Al parecer en este viaje pasaron muchas cosas buenas, parece que pudiste quitarte un peso de encima —ella y su excelente intuición… —Así es, hablé con mi hermano de varias cosas y decidí hablarle de ti. —Y por esa sonrisa tan radiante que traes es porque todo salió bien. —Salió excelente, mejor de lo que me esperaba y mi hermano me pidió que en el próximo viaje te llevara para conocerte, sé que es un gran paso amor, pero... —Está bien iré contigo —responde como si nada. —además, tampoco creo poder aplazar mucho tiempo la otra presentación. —No te entiendo. —Mi familia también quiere conocerte, Bob irá con nosotras porque quiere visitarlos una temporada, no sé si te parezca bien. —Me parece perfecto —respondí exaltada. —incluso podemos reunir a las dos familias, tener una cena todos juntos y hacer las presentaciones. Sentía miles de fuegos artificiales estallando dentro de mí, estaba tan feliz que nada podía arruinar este momento. —Excelente, ahora harás que me torturen por dos semanas hasta que lleguemos —suelta sarcástica. —ya imagino las cien preguntas por día que harán para arreglar todo —reí negando con mi cabeza. Mi felicidad se hizo tan grande que me dejé llevar por ella entre besos, sonrisas y caricias toda la tarde y en la noche bajamos a comer con los demás al jardín entre charlas, después Ragnar estuvo con los chicos corrigiendo algunos movimientos y yo me quedé con Bob en la mesa. —Las veo muy felices ¿Acaso hay novedades para compartir? —Hablé con mi hermano contándole de mi relación con ella y en la tarde que ambas hablamos, decidimos que en dos semanas viajaríamos contigo para que nuestras familias se conozcan, así que estoy inmensamente feliz. —Esa es una excelente noticia Helena, ansiaba ver a mis hermanos y creo que esa cena será bastante interesante de ver, ya me imagino la cara de todos. —¿Acaso piensas que no les agradaré? porque si es así algunos consejos no me caerían mal —pregunté un poco preocupada, pero él solo se reía de mí. —Claro que no, eres un encanto Helena y sobre todo, amas a Ragnar, eso es lo más importante. Mi consejo, sé tú misma, muéstrales quién es la mujer que hace feliz a la joya más valiosa de la familia y no te dejes intimidar por nadie, siempre con la frente en alto como dice mi sobrina. —Gracias Bob, si no me hubiera dejado ganar por el miedo quizás habría salido de todo esto antes. —Las cosas en su momento Helena… y en cuanto a ese secreto ¿pudiste hablarlo con ella? —Lo haré antes de acostarnos, nos dejamos llevar por la emoción y no mencioné nada, pero estoy decidida a decírselo hoy. —Me gusta tu actitud, entonces te deseo lo mejor, iré a preparar mi maleta desde ahora para Nueva York porque ten por seguro que disfrutaré como hace años no lo hago. —Salud por las novedades. —Salud por ustedes. Luego de eso nos fuimos a dormir, pude sentirme tan bien en sus brazos que supe, era el momento adecuado. —Amor, quisiera decirte algo, antes de hacer el viaje quisiera contarte todo sobre mi pasado, ya que al llegar hay muchas cosas de las cuales te vas a enterar y prefiero ser yo quien te las diga. —Está bien, pero qué te parece si hacemos algo, tu cumpleaños es en unos días y tengo algo muy especial para ti, así que dame ese tiempo para que las dos toquemos el tema; ya que también debo contarte unas cosas sobre mi pasado y mi familia previo a conocerlos. —¿De verdad no podemos hacerlo ahora? es que es importante que te lo diga. —Helena, cielo, solo serán un par de días, hoy es lunes, el jueves te llevaré a un lugar especial y allá hablaremos de todo, cuando lo veas entenderás por qué te pido este tiempo de espera. —Solo si me prometes que ese día lo hablaremos sí o sí. —Te lo prometo cielo, ahora descansemos, mañana debemos levantarnos temprano y quiero que duermas bien. Confío en su palabra porque siempre la cumple y por eso esperaré, pues sé que ella no dice esas cosas porque sí. A la mañana siguiente me arreglo para ir al restaurante sintiendo que mi vida desde hoy cambiará por completo, me miro al espejo dando los últimos retoques y justo cuando voy a ponerme el collar, el dije se desprende, lo reviso pero me doy cuenta que no podré arreglarlo en el momento. —Rayos, no puede ser. —¿Ocurre algo cielo? —El dije se reventó, necesitaré comprar unas cosas para arreglarlo —ella lo revisa y noto algo de preocupación en su mirada. —Tranquila, igual voy a dejarlo porque no quiero que se pierda, regresaré por la noche con las cosas y solucionado el asunto, igual por un día que no lo lleve no pasará nada. —Está bien, vamos, te dejaré en el trabajo e igual te recogeré en la noche. —No amor, recuerda que debo ir a la plaza primero por unas cosas y de ahí salgo a trabajar. —De acuerdo, vamos y te dejo igual en el trabajo. Algo pasa, estoy segura, ella no suele ser tan sobre protectora, es decir, sí cuida de mí y mucho, pero esta vez es diferente. —Amor recuerda que debes ir a la cita en el banco y no puedes perderla, llevan mucho tiempo esperando solucionar ese asunto, solo déjame en la plaza y tomaré un taxi cuando termine —duda un poco, pero al final acepta. —Muy bien, pero cuando llegues llama al gimnasio y le avisas a Bob para saber que llegaste bien. —¿Qué pasa? te noto inquieta, algo te preocupa —tiene un conflicto interno muy grande, me preocupa esto. —Tuve una pesadilla y supongo que aún estoy un poco aturdida por eso, no me hagas caso, solo llama por favor así me quedaré más tranquila. —Está bien, llamaré, pero espero que en la noche me cuentes qué soñaste porque es muy raro verte de esa forma. —Así será, ahora vamos.
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