13. ANIVERSARIO

2514 Words
Febrero Ismael —Otro año más y sigo sin ver a mi niña Isma, al menos esperaba celebrarle su decimoséptimo cumpleaños y nada ¿Puedes ayudarme a convencerla de que venga a visitarnos? —Livi no me pongas esa responsabilidad, creo que si hay alguien que puede convencerla eres tú, aunque, quizás puedas sugerirle que vaya a visitarlos a no ser que quiera que cierto dúo venga al pueblo por ella. —Si les dijera a esos dos que nos vamos para allá, en este momento estaríamos en carretera, estoy segura de eso. —No lo dudo hermosa, esos dos son capaces de bombardear el país entero solo por ella. —Hasta el continente si es necesario —reímos solo de imaginarlos. —pero dime algo ¿de verdad es tan feliz como me dices? Es que cada vez que cuentas algo nuevo no puedo creer que sea mi hija de la que hables. —Livi, ella sonríe a diario y esa felicidad solo la muestra con nosotros, ni siquiera a la gente del pueblo les sonríe, los chicos la adoran, Helena solo tiene ojos para ella y Harry y yo estamos encantados de haber tenido la oportunidad de conocerla, créeme cuando te digo que es feliz —la escucho sollozar al otro lado. —Dios mío Isma, en serio que muero por verla, me encantaría ver su sonrisa en persona, aun con todas las fotos que me has enviado siento que no son suficientes, llevo años orando por ella para que encuentre paz en su vida. —Y ahora la tiene, es más, tengo entendido que en verano irá con Helena a las cataratas del Niágara para celebrar su segundo aniversario, así que si eso no te dice cuán feliz es, no sé qué lo haga. —Gracias por cuidar de mi hija, toda la vida te agradeceré por eso y espero que puedan venir pronto, porque no dejarás que viajen solas. —¿Cómo crees mujer? Claro que iré a Nueva York con ellas y espero que me recibas con uno de esos deliciosos banquetes. —Eso dalo por hecho, pero primero trae a mi hija y su motivo de felicidad para que podamos conocerla, porque desde hace mucho tiene abiertas las puertas de nuestra casa. —En cuanto la conozcas la vas a adorar también, ya lo verás, cuando esas dos están juntas todo se ilumina. —Te creo Isma, se refleja mucho en las fotos, solo con dos hombres la he visto sonreír de esa forma, pero es como si ella le hubiese hecho algo más y solo por eso también le estaré siempre agradecida, porque le permitió encontrar lo que tanto quería. —Supongo que es como dices —respondo neutro al recordar la conversación que tuvimos Rag y yo en diciembre. —Aunque ella no fue la única que encontró felicidad ¿No es así? Tú también has cambiado bastante desde que ella llegó, incluso tu voz es más suave cuando la mencionas. —No te lo voy a negar Livi, tu hija me cambió bastante, ahora entiendo mejor a Marc y Oz con esa enfermiza obsesión hacia ella, incluso la veo con cariño, casi como a una hija y al final es mi sobrina sí o sí. —Todos aquí siempre dijimos que lo mejor era que fuera contigo, así los dos podrían llegar a obtener algo bueno en sus vidas si estaban juntos. —Y tú como siempre teniendo fe en la humanidad. —Me conoces bien, pero fue Oz quien más creyó en que eso pasaría —quedé mudo ante sus palabras. —Isma debo irme, al parecer Marcus está discutiendo otra vez con Liam, si siguen así quizás los envíe a ese pueblo también a ver si dejan por fin esta guerra —cortamos la llamada y bebo un trago de mi whisky. Me sorprendió lo último que dijo Livi, el hecho de que sea Oz quien pensara eso es bastante extraño y más considerando la clase de persona que es, pero a su vez, supongo que tantos años de amistad también nos permiten conocer el pensamiento del otro. Asimismo, el recordar cuando Rag me dijo que ya reconocía las emociones es algo que me sacó nuevamente una sonrisa, esa noche fue muy especial para mí al saber algo tan importante de ella y también porque me di cuenta de que Rag significa mucho más de lo que imaginé en mi vida, ojalá no me hubiera separado de mis hermanos para haberla tratado cuando era una niña, quizás en ese momento los dos habríamos llegado a este mismo punto en el cual nos encontramos en vez de tener los conflictos que agobian nuestras mentes. —Otra vez pensando en el pasado —me sobresalto al escuchar su voz, por poco dejo caer el cigarrillo en mi pantalón. Mierda, detesto cada vez que se aparece así, parece un gato saliendo de la nada… y de paso lee mis pensamientos igual que esa sabandija escurridiza de Oz. —Un día de estos vas a provocarme un infarto Ragnar —reclamé sin sonar duro. —Suponiendo que el cigarrillo no acabe antes contigo. Hablabas con Livi ¿no es así? —Sí, te manda saludos, dice que dejes de esconderte, ya pasó mucho tiempo y mueren por verte otra vez. —Dudo que sea solo a mí, pero sí, también pensado ir, me hacen mucha falta y ahora que estoy mejor en muchos sentidos, creo que es una buena oportunidad para regresar. —¿Y qué te lo impide? —Helena, este julio cumpliremos dos años de estar juntas y hasta ahora no hemos hablado de nuestro pasado, ni siquiera sabe qué edad tengo. —¿Qué? Maldición Ragnar, entonces de qué tanto hablan ustedes, creí que sabía mínimo eso. —No, así como tampoco sé nada de su pasado o de sus viajes a Nueva York, tranquilamente podría estar visitando a un esposo con tres hijos y yo ni cuenta me doy. —¿Crees que ella sería capaz de algo así? —pregunté a sabiendas de lo que Helena me había contado. —La amo demasiado Ismael, pero es un ser humano y también tiene un pasado, igual confío que llegado el momento ella me lo dirá. Es por eso que empezaré un proyecto para que podamos vivir juntas, quiero hacerle la oferta para su cumpleaños y si me dice que sí, entonces la llevaré a la batalla campal. —Bueno, ustedes sabrán cómo manejar su relación, por ahora te deseo buena suerte y si necesitas algo sabes dónde encontrarme. —Gracias, lo tendré en cuenta. —Por cierto, recuérdame que compremos cadenas y cuerdas para amarrar a tu padre y al demente de Oz, no vaya a ser que saquen al psicópata que llevan dentro —ladea una perversa sonrisa. —Tranquilo, también pensé lo mismo, por eso empacaré la pala y encargaré unas buenas botellas de Jack, le pediremos a Livi que entretenga a Helena en lo que nosotros hacemos ese trabajo —me guiña un ojo y sonríe cómplice. —Por eso eres mi sobrina favorita y más porque vas a conseguirle a tu querido tío una paca del pirata. —Me ofendes Isma, te mandé a traer cuatro pacas para este invierno. —Esa es mi chica, salud por los dos —levanté el cristal dando un gran trago. (…) Julio Ragnar Saqué mi maleta, ropa, algunas cosas de uso personal y comienzo a organizar todo, entonces Helena entra a la habitación viendo lo que hago colocando una cara de miedo, quisiera reírme, pero no quiero que se enoje. —Amor ¿qué pasa? ¿a dónde vas? —pregunta inquieta. Mi semblante es bastante neutro, aunque sé que para ella es como si estuviera enojada, sigo recogiendo y organizando todo en la maleta ante su atenta mirada, ella viene a mí y toma mi mano tratando de sacarme una palabra. —Ragnar por favor explícame qué ocurre, me estás asustando, háblame amor. —Pasa lo que ves Helena, me voy —respondí tajante. Debo controlarme o terminaré riendo al ver su cara, es cruel lo que hago, pero tuve una semana difícil y ya me aburrí de desquitarme con los chicos, además, molestarla de vez en cuando también es divertido. —No entiendo ¿Acaso hice algo malo? Solo… explícame, es lo mínimo que merezco —reclama en un mar de nervios. —No Helena, lo mínimo que te mereces no es una explicación, pero tampoco te la voy a dar así que suéltame por favor —hablé firme y sus ojos se cristalizaron… No creo poder aguantar mucho más, no quiero que llore. —Deja esto y explícame, dime qué ocurre —está al borde de la desesperación. —Bien ¿quieres saber lo que ocurre? Entonces déjame terminar de empacar y luego te explicaré. Ella derrama un par de lágrimas y sale corriendo de la habitación, abajo la está esperando Isma para abordarla evitando que se vaya del lugar. Cuando termino de empacar, bajo con las maletas, guardo todo en el auto y ella sale corriendo en un mar de lágrimas para tratar de detenerme. —Ragnar por favor no te vayas, explícame lo que ocurre, te lo pido. Cierro el baúl, tomo su mano y la llevo hasta la puerta del co-piloto donde la beso apasionadamente y ella rodea mi cuello con fuerza para que no me vaya, amo cuando lo hace. —Sube al auto y te explicaré. Abro rápido la puerta e ingresa colocándose el cinturón, Ismael y Harry están en la entrada con su cara de complicidad, les guiño un ojo y subo al auto. —¿Me dirás lo que pasa y a dónde vamos? —pregunta por enésima vez luego de una hora de viaje. Deberían darme un premio por soportar su insistencia en total silencio. —Pasa que mañana es nuestro aniversario —respondo tranquilamente. —Eso lo sé, lo que no sé es por qué tienes esa actitud, no has querido decirme nada, no sé qué pensar de todo esto, solo empacas tus cosas y sales muy enojada sin decirme nada. Detengo el auto repentinamente y ella se asusta más al percatarse que estamos en medio de la nada, aunque no tiene ni idea de en dónde está por andar pensando en el enredo de su cabeza. Suelto nuestros cinturones de seguridad y de un tiro la atraigo hacia mí para besarla, ella vuelve a abrazarme con miedo e intensifica el beso. Por eso me encanta hacer tantas cosas con ella, siempre descubro algo nuevo y la pasión que emana es sumamente excitante, esta mujer no sabe todo lo que me provoca cuando deja salir ese lado tan atrevido. Corro mi asiento hacia atrás y ella se mueve para quedar encima de mí, abro su camisa y recorro su piel con mi boca, por suerte no usaba brasier o tendría que comprarle uno nuevo. Bajo el asiento por completo y me voy corriendo hacia atrás para darle vuelta y tenerla debajo de mí, vuelvo a sus labios y me separo un instante viendo sus hermosos ojos. —Por favor no te vayas, te amo Ragnar —dice con su respiración agitada. —Non ti lascerò amore, andremo in paradiso insieme (No te dejaré amor, iremos juntas al paraíso). —No me hables en italiano Ragnar, sabes que no terminé el curso y no estoy para adivinanzas —ahora sí se enojó. Muerdo mi labio muy fuerte para evitar reírme y saco el folleto que estaba a un lado de su asiento mostrándole la portada que dice: Cataratas del Niágara. —¿Qué significa esto? —pregunta mientras toma el folleto. —Tu regalo de aniversario cielo. Ladeo una sonrisa y ella se va enrojeciendo, pero no de la vergüenza, sino de la ira, ahora sí desaté su demonio. —¡Ragnar Wintar! esto es el colmo del descaro ¿por qué siempre tienes que hacer cosas así? —grita bastante enojada, pero yo no cambio mi semblante. —Porque me encanta cómo te pones cuando desconoces una situación —respondí fascinada. —Te estás burlando de mí ¿cierto? Olvídate que te voy a perdonar esto, te pasaste de la raya esta vez. —No cielo, pero estoy a punto de hacerlo —ella frunce el ceño y yo sonrío victoriosa. Había comprado un juguete especial para este momento, lo encendí teniendo mi mano previamente bajo su falda y comencé a besarla, ella se hacía la fuerte e intentaba quitarme, pero a medida que sentía la vibración tan intensa en su centro me atraía más a sus labios. —¿Todavía no vas a perdonarme? —¡Cállate Wintar! —ordena entre furiosa y excitada. Sonreí y aumenté la velocidad provocando gemidos más intensos en ella, gemidos que hacían eco en mi boca al besarla. Descendí por su cuello hasta sus senos y aumenté al máximo la vibración hasta que ella liberó toda esa carga de placer y furia acumulada. Su respiración estaba demasiado agitada, su piel sensible al más mínimo roce y bajé para disfrutar del néctar en sus pliegues mientras ella me pedía que me detuviese, pero sé que eso quiere decir lo contrario y no me detuve en mi acto hasta hacerla venir una segunda vez. Volví a beber su magnífico fluido, dejé un beso en cada uno de sus senos y otro en sus labios, se veía hermosa con ese sonrojo en el rostro. —Te amo Helena, nunca vuelvas a dudarlo ni pienses que me iría sin darte una explicación, significas mucho para mí. —¿En verdad no te irás? —Sí lo haré, pero contigo porque haremos tu sueño realidad. Me siento y la ayudo a acomodarse, nos damos un último beso y seguimos nuestro camino hasta las cataratas. Llegamos al anochecer directo al hotel, pedimos comida a la habitación para descansar y tomo su mano llevándola hasta el balcón donde vemos esa majestuosa cascada no muy lejos de allí iluminada por muchos colores hacia lo largo. —Feliz aniversario cielo, espero que te guste —dije en lo que rodeaba su cintura desde atrás y dejaba un beso en su hombro. —Esto es hermoso, no tengo palabras para describirlo. —Y espera a que lo veas de día y cerca de ahí, será más impresionante —me pongo a un lado de ella y la miro directo a los ojos acariciando su mejilla. —Quiero que disfrutes esto sin preguntar el precio de nada Helena, compra lo que quieras, disfruta lo que quieras, no tienes límite en este lugar, solo somos las dos en este pequeño paraíso. —Sabes que no puedo evitarlo amor. —Y por eso te lo digo, ya todo está cancelado y si quieres comprar algo más hazlo sin importar el precio, este es nuestro aniversario, te mereces esto y más Helena, solo te pido que lo disfrutes de principio a fin. —Solo si estás conmigo. —Siempre que así lo quieras mi bello cielo.
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