Helena
Han pasado cinco meses desde que ella me dijo lo que sentía llegando a mejorar nuestra relación, con ella me he sentido realmente amada y protegida, me ha demostrado cuánto le importo y me trata con mucho respeto. Al fin siento que vi mi luz al final del túnel entre tantas relaciones horribles que pasé y todo porque ella era quien esperaba por mí. Cada día llevo conmigo ese hermoso collar que me regaló, lo cuido bastante, puesto que es el recordatorio de un día que jamás olvidaré.
Con la llegada de la primavera quisimos hacer una pequeña celebración sorpresa para Ragnar, cumplía un año de haber llegado al pueblo y era impresionante ver cómo se había desenvuelto en este lugar, todos la conocían, incluso las familias más importantes y poderosas la buscaban para recibir alguna ayuda o consejo de ella.
A veces cuando la veía en esas reuniones o simplemente siendo saludada por algunas de estas personas en la calle, me quedaba preguntándome qué había hecho para que la trataran con tanto respeto, sobre todo esos hombres de tanto poder, pero ella solo me daba un beso y me decía que eran favores, nada de qué preocuparme.
—Lena ya tenemos todo listo, tú dirás cómo lo acomodamos —pregunta Johnny.
—Excelente, entonces hazlo como lo hablamos anoche y no te olvides de mantenerte alejado de la nevera, no quiero que toquen el pastel antes de tiempo.
Lo que me encanta de los chicos es que son muy colaboradores, ellos fueron los más emocionados por querer hacerle esto, hace un año ella cambió sus vidas con su llegada, les dio un hogar a todos, apoyó sus estudios e incluso los escuchaba y cuidaba de cada uno, y ahora ellos querían retribuirle un poco cada uno de sus actos.
Recuerdo algunos problemas en los que se metieron por peleas en el bar y ella debió sacarlos de la estación, al llegar a casa los regañaba por eso y ellos se disculpaban, otras veces cuando íbamos todos y esto ocurría, era ella quien se metía para que nadie los lastimara.
Con Peter recuerdo que hubo un evento que lo marcó profundamente. En una ocasión unos hombres llegaron amenazándolo por dinero; puesto que su padre debía mucho en el casino, el pobre terminó muy golpeado y pasó varios días sin poder trabajar. Ragnar estaba bastante furiosa y se fue con Bob a resolver ese asunto, al llegar, ella le dijo que a su padre realmente no le importaba su vida y había vendido a su propio hijo para saldar esa cuenta, porque ahora él era quien ganaba dinero. Esto destrozó a Peter, su padre nunca fue un buen ejemplo para él, pero saber que hizo algo así no tenía perdón.
Un día que él llegó a pedirle dinero, salió Ragnar de la oficina escuchando todo y le dijo que ella misma le entregaría una suma fuerte si le decía la verdad en ese instante a Peter. El hombre lo pensó y tras ver la cifra en un cheque que ella le había pasado, confesó frente a todos que él no era su verdadero hijo y que nunca lo había querido, solo era un estorbo en su vida que llegó para arruinarla más, Peter quedó muy dolido y le dio un golpe a su padre diciendo que jamás se volviera a aparecer.
Luego de ese evento, él quedó agradecido con ella por haberle quitado ese peso de encima y se volvió mucho más cercano y leal a Ragnar, prácticamente era su sombra y mano derecha en el gimnasio.
—Vamos, apresúrense que ya está llegando.
Todos quedamos reunidos en el salón y en cuanto ella abrió la puerta estaba bastante extrañada, pero en el fondo sabía que la habíamos sorprendido.
-¿Y esto qué significa?
—Los chicos del gimnasio con ayuda de Lena quisimos darte esta sorpresa Rag, hace un año nos diste todo lo que tenemos con tu llegada, así que esta es una manera de darte las gracias por soportar nuestras tonterías y apoyarnos tanto cada día —dice Peter con dulzura y ella se acerca observándonos con mucha atención.
—Si querían darme una muestra de agradecimiento, era suficiente con verlos arrodillados ante mí.
En todo este tiempo nunca llegó a hacer esto, las únicas veces que lo hacía era conmigo, Harry y Bob, pero por primera vez la vi sonreírles con mucho amor, estaba muy feliz por este detalle. Lo más lindo de todo es que ellos se esforzaban por no llorar, así que decidieron levantarla y llevarla a una piscina inflable que colocaron en el patio terminando todos emparamados.
—Parece que al fin decidió abrirse más con nosotros, gracias por eso Helena.
—Yo no hice nada Bob.
—Claro que sí preciosa, por ti ella es otra, es más feliz.
Luego de unos quince minutos de verlos bañarse en el patio muy contentos, ella se acerca a la mesa donde estamos Bob, Harry y yo.
—La próxima vez que quieras ser cómplice de algo así; piénsalo dos veces cielo.
—Si en esa próxima vez los veré así de felices a todos, entonces con gusto me les uniré.
—Me alegra que lo digas.
Me quedo mirándola extrañada, veo que Peter y Matt me rodean y me cargan con todo y silla para llevarme a la piscina donde terminamos divirtiéndonos más.
(…)
Ragnar
Por fin llegó agosto y tendré la oportunidad de celebrar el primer cumpleaños de Helena, el año pasado no lo hicimos en esa fecha pues dijo que su hermano tenía una sorpresa para ella, así que viajó a la ciudad y unos días después fue que celebramos las dos. No hace mucho celebramos también nuestro aniversario, uno en el que ella me sorprendió con una exquisita cena y un postre que todavía despierta mis fantasías, solo de recordar esa sensual lencería azul cobalto de encaje en su piel me hace estremecer.
Para esta ocasión fui yo quien decidió darle una gran sorpresa, aprovechando que cumple en verano creí que una salida a una cabaña sería perfecta, algo de privacidad no nos caería mal, así que aquí la tengo en este hermoso lugar con una sonrisa que no le cabe en el rostro.
—No sé ni qué decir, este lugar es increíble, incluso se respira mucha paz entre tanta naturaleza.
—Creo que eso es porque no están los niños con nosotras, no por la naturaleza cielo.
—No seas mala, ellos te adoran.
—Será mejor que me veneren si no quieren que los use de sacrificio humano —ella solo se ríe y niega con su cabeza.
A ellos les tomé gran aprecio, por eso quedé muy feliz cuando me dieron esa sorpresa hace unos meses, desde ese día incluso les sonrío más seguido y cada vez que lo hago ellos se sonrojan.
—Wintar, será mejor que los trates bien o tendrás muchos problemas conmigo —amenazó con ese tono autoritario que me fascina.
—¿En serio? ¿Y qué puedo hacer para que mi cielo no se oscurezca y mejor me regale de nuevo sus sonrisas?
Me acerco peligrosamente a su cuello y comienzo a repartir besos hasta llegar a su oído dejando una leve mordida en su punto débil.
—No te atrevas a hacerlo otra vez, ve que hablo en serio Ragnar —apenas y puede articular las palabras.
Me encanta encenderla de esa forma, sobre todo porque ella se resiste tanto como puede, pero al final es quien toma mi mano para llevarme a la cama.
—De acuerdo cielo, entonces iré a preparar las cosas para que salgamos a caminar un poco —dejo otro mordisco en su oreja y salgo rápidamente de su alcance.
No le tomó mucho tiempo llegar a mí e inundarme de sus besos cargados de deseo. En este tiempo ella había mejorado mucho en la cama, ya no es tan tímida, sino que se arriesga a hacer más cosas, incluso aprovechaba mi gusto por los dulces para darme gratos recuerdos en su piel.
—Eso no es justo Ragnar ¿Cómo te atreves a hacer eso el día de mi cumpleaños?
—Si no te gusta entonces no deberías estarme besando —ella parece enojada, pero sé que en el fondo muere porque la bese.
—Bien, entonces no lo haré y me mantendré muy alejada de ti hoy, así que dormirás en el sofá y yo me quedaré con la cama —me encanta esa actitud, aprendió bien a provocarme.
Veo que se dirige a la cocina para sacar un poco de agua y al girarse la termino acorralando, su mirada es seria, pero sé que está pensando lo mismo que yo, es fácil leer su rostro al ser bastante expresiva. Así, comienzo a levantar su falda para rozar suavemente su piel, voy dejando un beso en su hombro y su respiración se va agitando poco a poco, ella está decidida a mantenerse firme en su actitud, pero ya veremos cuánto le dura.
Bajo sus bragas notando ese hilo de deseo desprendiéndose de su centro y rápidamente la siento sobre el mesón, pasando a dejar un beso en sus labios antes de que diga algo. Me posiciono entre sus piernas y voy bajando a medida que abro uno a uno los botones de su blusa, uno de mis dedos va directo a su clítoris poniendo más leña al fuego y yo dejo besos en todo ese magnífico valle que tiene por cuerpo.
—Ragnar... amor... —jadea con suma excitación.
—Te ves muy linda así Helena, déjame ver tu cielo desde la tierra.
Sigo mi camino hasta llegar a ese magnífico botón donde puedo tener control de todo su mundo, sus gemidos vienen a mí, ella cierra sus ojos por el placer que siente en su cuerpo y yo solo puedo sonreír por verla así.
—Mírame cielo y brilla para mí.
Abre sus bellos ojos y el sol comienza a resplandecer con fuerza, arremeto sobre sus pliegues y deslizo mi lengua por todo su ser, ella comienza a suplicarme que no me detenga y sus deseos son órdenes para mí.
—Si así fue el primer cumpleaños, no imagino lo que me regalarás el otro año —comenta luego de una hora bastante entretenida en la cocina y la sala.
—Si logro mantener esa sonrisa en tu rostro para el otro año, entonces haré algo mejor, te lo aseguro.
—¿En serio? ¿y qué tienes pensado hacer para mantenerla? —ella se coloca a horcadas sobre mí con un tono tan seductor que me encanta.
Solo ella conoce mil formas de sacarme una sonrisa y si alguna no le funciona, es capaz de inventar mil más solo para no verme mal.
—Cumplirte tus caprichos, besarte todos los días, decirte que te amo para que te sigas sonrojando de esa forma que tanto me provoca, y quizás saque un poco de tiempo para que armemos un viaje a otra ciudad.
—Esa idea me gusta bastante ¿Puedo escoger el destino?
—Por supuesto, tú dime y dalo por hecho.
—Entonces quiero ir a las cataratas del Niágara, ha sido mi sueño toda la vida, pero antes, llévame a la luna otra vez.
No sé si es posible ser más feliz en la vida, pero ella me da tanta luz, que ya no veo tinieblas en mi presente ni en mi pasado, solo veo al frente y a ella resplandeciendo en el oriente.