4. ADVERTENCIA

2087 Words
Ismael Ha pasado más de un mes y he de admitir que ha sido un tiempo demasiado productivo, desde que se inauguró el gimnasio las cosas han ido excelentes, los chicos están felices trabajando acá teniendo una entrada muy buena de dinero, los clientes vienen de manera constante y los ingresos son muy buenos. Ellos siguen molestando a Rag con los combates, pero me he dado cuenta que lo hacen, no por molestarla, sino como una manera de integrarla, ella por su parte siempre se mantiene al límite con todos y a la vez nos ayuda en lo que necesitemos, especialmente a ellos. Rag a veces les da clases de defensa personal o mejora algún entrenamiento, hasta los apoyó con sus estudios, siempre los escucha y los trata con respeto apreciando el trabajo que hacen, y estos a su vez le retribuyen de la misma forma. Entre nosotros se ha generado una relación muy buena, hasta con Helena quien viene de vez en cuando a saludarnos. Todavía me sorprende que en tan poco tiempo Rag y yo tengamos un vínculo que pareciera fortalecerse cada día más, incluso cuando estamos a solas hablando o simplemente nos quedamos bebiendo un whisky, en lo que los chicos se están divirtiendo con cualquier tontería, ella me deja ver sutiles sonrisas que no ha mostrado a nadie más en este lugar, demostrándome que hay mucho más por descubrir en ella. Ahora estoy completamente seguro de que Rag era justo lo que necesitábamos y debo admitir que me dejó con la boca cerrada al ver todo lo que se ha conseguido en tan poco tiempo, no solo en el gimnasio, sino en la influencia política que ha obtenido bajo cuerda, puesto que en algunas ocasiones la he acompañado a esas reuniones viendo un poco de su lado ejecutivo. (…) Helena Muchas cosas fueron mejorando para bien en el gimnasio, no solo por el lugar en sí, sino por la actitud y la vida de los chicos, se veían más maduros, incluso dejaron a sus familias para mudarse todos al gimnasio usando el segundo piso. Yo iba a visitarlos cuando podía y aunque en pocas ocasiones veía a Ragnar me agradaba conversar con ella, era poco lo que decía, pero si algo la caracterizaba era el ser directa y honesta, nunca comentaba nada con nadie a modo de chisme y se relacionaba lo necesario. Al menos esos momentos me daban mucha fuerza y alegría, me ayudaban a soportar y al mismo tiempo olvidarme de tantas cosas, entre ellas Zack, mi novio, es lo que se puede decir "el chico malo" del pueblo. Siempre fui pésima para escoger hombres eso nunca lo he negado, pero últimamente las cosas se estaban saliendo de control. Había decidido dejar la relación y le pedí que se fuera de mi casa, llevaba algunos días sin verlo hasta que se apareció en mi casa, discutimos y cuando menos lo esperé recibí el primer golpe, con ayuda de un vecino fui a la policía a colocar la denuncia y aunque el trabajo se me hacía difícil y algo doloroso, procuraba hacerlo con la misma energía para así evitar preguntas. Eran las once de la noche, ya estaba todo limpio y listo para cerrar, procedí a sacar la basura cuando siento que me halan del brazo fuertemente. —Muy bien Helena, ya te di un tiempo para calmarte de tus estupideces, ahora vámonos a casa que tengo hambre y después espero que estés dispuesta a complacerme por las buenas. —Suéltame Zack me estás lastimando, te dije claramente que no te quería más en mi vida ¡Déjame en paz! —¿Sabes qué? A la mierda contigo Helena, te enseñaré que conmigo no te metes. Estaba como loco, me golpeó el rostro logrando tirarme al suelo, alcanzó a rasgar mi camisa y estaba a punto de violarme, cerré mis ojos tratando de detenerlo y a la vez esperando que lo peor pasara cuando escucho un estruendo cerca de mí. —¿Qué está pasando aquí? —preguntó el alguacil Frank. Abrí mis ojos bastante nerviosa y seguí la dirección donde él miraba, me di cuenta que Ragnar había golpeado a Zack contra el tarro de basura. —Si te atreves a tocarla nuevamente desearás no haber nacido —su voz fue escalofriante, nunca la vi ni escuché hablar así desde que llegó. Frank lo esposó rápidamente con ayuda de Ragnar, quien le dio otro golpe en el estómago para que no se moviera tanto. —Ragnar, luego seguiremos hablando de ese asunto. Helena, en lo posible ve mañana a primera hora a declarar y junto a la otra denuncia que habías puesto empezaremos los trámites para que él no vuelva a molestarte. Aún estaba muy asustada y me encontraba en estado de shock, no creía todo lo que había pasado, solo pude asentir con mi cabeza y Ragnar se acercó a mí en lo que él se llevaba a Zack. —¿Estás bien? —Creo que sí, solo me golpeó pero no llegó más lejos gracias a ti —apenas pude articular esa frase entre el mar de nervios que me invadía. —Vamos, es mejor que no estés sola, si quieres puedes pasar la noche en el gimnasio que Bob no pondrá problemas por eso. —No te preocupes, iré a mi casa. —Como desees. Una vez cerré el restaurante salimos en silencio, ella me llevó a casa acompañándome hasta la puerta, pero al abrirla, me di cuenta que todo estaba destruido y las cosas revueltas, de seguro Zack estuvo aquí en un arranque de ira y ante la escena me lancé a llorar como una tonta ¿Cómo dejé que fuera tan lejos? Después de unos minutos en que al fin mis lágrimas se detuvieron, me sentía nerviosa y no quería estar sola, así que al menos quería intentarlo al ver que ella no se había ido. —Ragnar, sé lo que dije en el restaurante, pero... ¿aún puedo quedarme contigo? —dije casi en un suplicante murmuro. —Sí, recoge lo que necesites. Al decirme eso levanté mi rostro sintiendo un gran alivio, así que tomé algunas cosas para un par de días y nos fuimos. Cuando llegamos, me di una ducha recordando ese horrible momento entre otros malos que han pasado en mi vida y solo dejé que las lágrimas se fundieran con el agua, al salir, ella estaba en el sofá el cual me indicó me sentara y levantara la ropa donde ocultaba las heridas, de esa forma procedió a desinfectar y aplicar una pomada. Era extraño, sus manos estaban frías, pero a la vez sentía una calidez en ellas, es como si por un instante todo lo malo se hubiese ido. —Mañana te sentirás mejor, el dolor y la inflamación habrán disminuido —no sé por qué, pero me sorprendió un poco verla hacer eso. —Puedes dormir en la cama para que estés más tranquila, nadie te molestará esta noche. —¿Y qué hay de ti? ¿Dónde dormirás? —Solo descansa, no pienses en lo demás. La vi marcharse de la habitación dejándome sola, no quería sentirme así de abandonada, pero al mismo tiempo tampoco quería que alguien me mirara con lástima, aunque dudo que ella llegue a hacerlo en algún momento y sin más, derramé un par de lágrimas en silencio hasta caer profundamente dormida. (…) Ragnar Lo que menos llegué a imaginar esta noche es que justo me toparía con algo así, tan solo iríamos Frank y yo a tomarnos un café en lo que Helena cerraba y después pensaba llevarla a su casa, pero nunca se nos pasó por la mente escuchar sus gritos ni mucho menos ver a ese infeliz sobre ella dispuesto a violarla, aunque al menos me alegra haber llegado a tiempo para impedirlo quedando ella simplemente con el susto de lo que pudo ser. Una vez salí de la habitación para que ella descansara, recibí un mensaje de Oz preguntando cómo iba todo hasta ahora, entonces una idea se atravesó en mi camino al ver la puerta de Isma, respondí a Oz llegando a hablar unos minutos con él y después, con la llave maestra, ingresé al departamento de Isma. Con sigilo caminé por el lugar hasta su habitación donde lo encontré durmiendo plácidamente, tal y como dijo Oz, al ver la botella con un vaso a medio tomar de Jack, supe que no despertaría hasta mañana, así que fui a darme una ducha y regresé a la habitación. Me recuerda mucho a Travis, ambos son de sueño pesado. Muy silenciosamente me escabullí entre las sábanas, me acerqué un poco a él y repasé mi mano por su piel, provocando un escalofrío en esta que me sacó una sonrisa perversa. —Al parecer eres muy sensible en las costillas —susurré maliciosa. Sorpresivamente Isma se gira quedando de lado dándome la cara y es cuando desplazo mi mano lentamente por su tórax, pero él, en un inesperado movimiento, toma mi cintura cortando la distancia entre ambos, lo que genera una segunda idea en mí. Tomo el móvil que me dio Oz y le envío algunas fotografías del hecho, sé que no las verá sino hasta mañana cuando despierte, pero será una sorpresa fascinante y finalmente, entre los tonificados brazos de Isma; quedé profundamente dormida. —¡RAGNAR WINTAR! ¿¡QUÉ MIERDA SIGNIFICA ESTO!? —abro mis ojos ante el impertinente grito de Isma y froto un poco mis ojos aclarando la vista. —No grites o despertarás a Helena, de por sí tuvo una mala noche para que le pongas más peso en la mañana —respondí medio adormilada. —¿Helena? ¿Qué hace aquí? —pregunta desconcertado. Doy la vuelta para sentarme y mi sábana cae un poco descubriendo levemente mi pecho. —Ragnar… ¿Acaso tú… estás desnuda? Pregunta con tal terror que me sorprende, pero la expresión maquiavélica de mi rostro ilumina por completo mi sonrisa al ver que cierto invitado de honor está muy firme esta mañana. —No me molestaría seguir durmiendo contigo si me despertarás de esa forma —levanté una ceja y mordí mi labio ante la hambruna que sentía por todo lo que la tela me permitía ver. Definitivamente sus pantalones de mezclilla tenían oculto un gran, gran tesoro. Isma intenta cubrirse dando a su vez explicaciones entre balbuceos que no entiende ni él mismo, mientras yo me recuesto en la cabecera de la cama disfrutando la magnífica escena. Creo que nunca me cansaré de hacer esto con mi familia, no entiendo por qué Isma no apareció antes en mi vida, me habría divertido tanto con él al igual que hice con mis hermanos y Travis. Me encantaría decir que pasó igual con Marcus, pero al verme dormir desnuda desde pequeña es algo lo hizo acostumbrarse, igual él nunca titubeó ni me miró de otra forma que no fuese con dolor al ver mis cicatrices, expresión que lograba borrar en él una vez comencé a fingir mis sonrisas gracias a Oz. —¡Quiero que salgas inmediatamente de esa cama y te vistas cuanto antes! —riñó bastante molesto dándose la vuelta para evitar verme. Me levanté y dejé la toalla en el baño para darme una ducha, pero antes de ir, caminé hasta él quien permanecía de espaldas a mí siendo el bóxer su única prenda a cubrirle, entonces lo abracé del cuello trayéndolo hacia atrás y haciendo que su espalda se pegara inevitablemente con mis senos, dándole un sonoro beso en la mejilla que enrojeció su rostro por completo, luego abracé su pecho un poco fuerte dejando que las palmas de mis manos se deslizaran hasta su abdomen, dejé otro beso en su espalda y finalmente un pequeña mordida que lo hizo gruñir. —Buenos días tío Isma. Saludé traviesa dejando una leve presión en su cadera y salí corriendo al baño al ver que estaba listo para seguirme, logrando cerrar la puerta a tiempo a lo que él lanzaba improperios por lo alto y yo quedo una enorme sonrisa en mi rostro por la travesura hecha. Por suerte alcancé a tomar el móvil cuando dejé la toalla en el baño y al revisarlo, encuentro un mensaje de Oz que ensanchó mi alegría. Siempre es un deleite ser tu cómplice en tan magníficas travesuras, espero que me envíes más y cuando nos volvamos a ver lo haremos juntos, tal y como debe ser. Ten un buen día mi pequeña.
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