Capitulo octavo. Nick.

2688 Words
No sé en qué momento terminamos en la cama teniendo sexo duro y salvaje, y aunque esto era lo que quería hace mucho tiempo, una sensación de vacío se apodera de mi pecho, así que opto por tomarme la medicación para dormir, mientras que ella esta durmiendo desnuda luego de todo lo que consumió. Lo único bueno de no consumir alcohol ni ningún tipo de drogas, es que la sensación de resaca en las mañanas desapareció, pero lo malo de tomar pastillas para dormir es solo puedo despertar cuando el efecto de esta a desaparecido del organismo. Y si me la tome en la madrugada significa que me desperté sobre el mediodía, para darme cuenta que no cerré nunca la puerta con seguro y es probable que la chica que asea la habitación nos hubiese visto desnudos, ojalá ninguna de las chicas de servicio hubiese ingresado, aunque probablemente disfrutaron la vista. Paso el día con Jenny, para mi tranquilidad Elton me informa que tuvo un inconveniente y regresaría hasta la noche, que va a intentar volver antes, sin embargo, esa sensación de vacío creciendo en mi pecho es cada vez peor, si tan solo pudiese tomar algo de lo que carga Jenny en su bolso para aliviarlo… para mi sorpresa, logro controlarme bastante bien, lo malo es que mis carceleros llegaron mientras tenia sexo en la piscina y creo que estaba dando un gran espectáculo a la vista de todos los empleados, que por mas que intenten ser invisibles, deben hacer su trabajo. —Nick — saluda Elton sonriendo — logre desocuparme un poco antes, ¿podemos conversar? —Si, solo déjame salir de la piscina y nos vemos en mi oficina. Me hace un gesto de despedida con su mano mientras entra a la casa por la parte de atrás, me separo de ella de forma abrupta. —Jenny, lo siento, tengo que irme… —¿Quién es él? ¿Por qué tienes que hacer lo que te diga? —Simplemente quiero seguir trabajando, no te puedo dar mayor información, ahora ve a casa. — ¿Seguro quieres que vaya? —Si. Y así quedo concluido el fin de semana, para dirigirme al estudio donde me esta espero mi terapeuta. —¿Qué tal tu fin de semana? — pregunta sonriendo — ¿ella es la chica donde te lleve el viernes? —No, creo que jamás haría eso con ella, o mas bien, no de esa forma, no creo que sea de ese tipo de mujer. Ahora que lo pienso tiene un hijo, así que es seguro hubiese tenido sexo, pero por lo que deduzco no ha vuelto a salir con alguien desde el niño nació, y por lo que creo, era adolescente, sacudo mis pensamientos para poner atención a lo que Elton me está diciendo. —Perdón, no te escuche… —Te preguntaba, ¿Cómo acabo ella aquí? —Ella me llamo y me pregunto si podía venir, le dije que sí, pasamos la noche de ayer y nada más, creo que no tiene mayor explicación. —¿Consumieron algo? encontré droga en la sala de estar y una botella vacía en la cocina — dice en tono inquisitivo y sin quitarme la vista. —Ella sí, yo no, aunque me provoco no fui capaz… — Eso espero, y las tentaciones van a seguir llegando, lo importante es que tengas claro porque quieres mantener tu cuerpo limpio. —Si, la verdad no quiero perder mi carrera, además me gusta mi lucidez, es algo nuevo en mi vida y me agrada. —Me alegro y espero que sigamos así, y encontremos más propósitos… Asiento para luego empezar a conversar sobre su fin de semana con Paula, quien ha pasado la tarde mas sonriente de lo usual. Elton después de su regaño y la conversación importante, se relajo un poco, al parecer fue un fin de semana de ensueños para ellos, me alegro ser tan buen cupido. En la noche le escribí a Sofia para luego llamarla, y realmente las sensaciones que producen son tan diferentes, con ella siento paz, mientras que con Jenny es una constante tensión, y no es fácil controlarme. Me asusta lo que siento con Sofia, creo que debo hablar de esto con Elton, es un tema importante que estoy pasando por alto. La semana pasa tranquila y la promesa de verme con Sofia el sábado flota en el aire, quiero verla, necesito verla, pasamos conversando toda la semana siempre que llego del trabajo le dedico un buen rato a ella, y no se porque siempre termino con una sonrisa tonta en los labios y mi corazón palpitando de alegría. Para mi buena suerte mi manager no a regresado de viaje y Elton toma el sábado libre, ya le demostré que tengo el firme propósito de permanecer sobrio. Cuando llego donde Sofia estoy nervioso, subo hasta su apartamento y timbro, ella abre la puerta sonriendo y se ve hermosa, no nos demoramos mucho y a los pocos minutos estamos afuera los tres, no quiero ser visto por nadie, no quiero paparazis, así que busco un lugar donde podamos estar tranquilo los tres, y nos vamos al zoológico. Pasamos una tarde tranquila, comimos helado, caminamos viendo los animales y nuestros dedos en más de una ocasión se entrelazan mientras intercambiamos miradas furtivas. Gabriel corre tratando de elegir cuál es su animal favorito. Aunque por momentos me da la sensación que tiene algo por decirme, como si tuviera palabras atrapadas en su garganta, pero se que llegara el momento donde podamos hablar de algunas cosas más privadas. Me despido de ella, dejándola frente al edificio donde vive y apenas le doy un corto beso furtivo en los labios, Sofia me sonríe de vuelta mientras Gabriel eufórico quiere entrar a casa, necesita usar el baño de forma urgente. —¿Nos vemos la próxima semana? — pregunto de forma tímida. —Si, escríbeme cuando llegues a casa y hablamos — dice sonriendo —debo entrar con Gabriel. —Si tengo tiempo te visito entre semana. —De eso quería hablarte, dice con una mirada tímida, es que me trasladaron y no voy a estar viviendo aquí. —¿Me regalas la dirección? — Claro que sí, apenas la tenga te la envió por mensaje – responde sonriendo – quiero volverte a ver… Se despide con una sonrisa amplia y sale del auto arrastrada por el torbellino Gabriel. Una sensación cálida se instala en mi pecho muy diferente a cuando estuve con Jenny, y creo que empiezo a entrar en terreno desconocido. El lunes en la mañana para mi sorpresa cuando bajo a desayunar veo a Sofia entrando a la cocina, me cuesta discernir entre si es ella realmente, una mujer que se le parece, una ilusión óptica o una mala pasada de mi mente. Llamo a Joan, mi asistente, para que me saque de dudas. —Joan, ¿me puedes por favor pasar el listado de todo el personal de servicio que hay en casa y cada una de sus ocupaciones? —Si, señor, ¿algo más? —Si, quiero también revisar tus ocupaciones, creo que entre la administración de la casa que haces muy bien y asistirme a mí, haces muchas cosas, voy a repartir un poco diferente los cargos. —Si señor, ya le traigo la información. Sale del comedor dejándome desayunando para minutos después traerme toda la información que pedí, efectivamente Sofia está trabajando en la casa y a partir de hoy trabaja tiempo completo viviendo aquí mismo, no puedo con la sorpresa. Realmente no me lo esperaba y por la información que esta en el documento empezó a trabajar para los días que regrese de rehabilitación, no puedo creer que la hubiese tenido tanto tiempo aquí. Se me ocurre la idea de que Joan entrene a Sofia para que quede administrando toda la casa, y que Joan quede solo como asistente, creo que tiene muchas tareas para una sola persona. —Joan, esta es la nueva asignación de cargos — le digo devolviendo los documentos que me entrego antes ahora garabateados por mi —he estado observándolos con detenimiento y quiero probar a la chica nueva, Sofia, para que administre la casa y que tú le entrenes para el cargo. —Si señor, como me indique, ¿le informa usted? — dice en forma amable. — No, con ella prefiero que lo hables tú, ese es el único punto que quiero que sigas manejando por un tiempo y mientras ella está lista para ocupar el cargo, haz lo que sea necesario para que ella se pueda encargar de todo. —Si señor, me parece una buena idea. —Cuando ella esté lista el tema de la casa dejara de ser tu tarea, para encargarte solamente de asistirme a mí, lo mismo que vienes haciendo solo que sin las funciones que ella asumiría y te haría un aumento de sueldo. Veo como su sonrisa se ensancha, soy consciente que sin querer ella quedo con demasiado peso y es bueno que descanse un poco, es la mejor asistente que he tenido y no quiero que renuncie por agotamiento, así mismo evito acercarme mucho a ella, no quiero temas de acoso s****l ni nada por el estilo. —Joan —le digo tomándola por sorpresa —perdóname por ser tan mal jefe y ponerte a trabajar hasta los fines de semana, voy a organizar mejor mi agenda a partir de ahora. — No se preocupe señor sé que muchos de ellos los agenda Jack. —Si, yo sé, igual voy a hablar con él para hacer algunos cambios, desde que deje de andar ebrio todo el día veo las cosas de otra forma.. —Me alegro mucho señor, ya era hora que se sintiera mejor, a veces me preocupaba cuando duraba tanto tiempo como ausente, apagado, como si no hubiese vida en su cuerpo. —Lo sé, no ha sido tarea fácil, amo el éxito que he tenido, lo que hago y todo lo que vivo, pero en ocasiones me siento tan solo que mi pasado regresa y me asusto, así que me refugie en algo conocido, el licor. — Lo entiendo señor, yo me refugie en la m*******a por años, ahora estoy limpia y cuando me provoca hago ejercicio. —Creo que voy a empezar a hacer ejercicio también cada vez que me tente… —El sexo es una buena idea, solo que si no se tiene pareja fija pasa lo mismo que con el licor, se tiende a caer en ciclos difíciles de romper al punto de volverse una adicción, solo se pasa de una a la otra. —No lo había visto de esa forma, pero es posible que tengas razón. Miro de reojo a mi terapeuta que va entrando al comedor, pero estoy seguro que ha escuchado lo último que hablamos y veo como su sonrisa se ensancha. Recibo una llamada de producción informándome que cancelaron el rodaje del día, así que para mi buena fortuna tengo el día libre. Me dirijo a mi habitación y como si el día pudiera ser mejor, cuando entro veo a Sofia tendiendo la cama, me acerco e instintivamente le toco su mano para llamar atención, y por un instante sentí una emoción extraña recorrer mi cuerpo. —Sofia, ¿puedes acompañarme a mi oficina? —Si, señor —dice nerviosa entre nerviosa y sorprendida. Caminamos por los pasillos de mi casa, yo voy delante de ella a paso rápido mientras ella va tras de mi con la cabeza baja, cuando llego a la oficina le hago seguir y le señalo para que se siente en una de las sillas, está temblando frente a mis ojos y por algún momento debo reprimir el instinto de abrazarla, la siento tan indefensa que tengo ganas de protegerla, pero aun así respiro profundo y me siento frente a ella. —Sofia, ¿tu sabias que trabajabas en mi casa? — pregunto en tono seco. —Señor, es que realmente no sabia, cuando llegue aquí fue después de su viaje y tengo prohibido cualquier tipo de acercamiento… — empieza narrando con voz atropellada — y eres tan diferente cuando estas fuera, los dos, sin esto... —Si, eso lo sé, por algo no te vi en todo este tiempo que llevas trabajando para mí, pero cuando fui a tu casa ¿Por qué no preguntaste algo? — Porque no sabía si podía hacerlo, si era lo correcto o no, en verdad disfruto mucho su visita, pasar tiempo con usted y tenia miedo que si se enteraba de algo me despidiera o dejara de visitarme, pero siempre supe que no debía hacerlo, y vivía peleando conmigo misma, sentía que no hacia bien las cosas y decirle…—dice en tono afanado, como intentando explicar algo que deja inconcluso. Me quedo en silencio observándola, esta totalmente encogida en la silla, su mirada esta en un punto fijo del piso y disimuladamente limpia sus lágrimas, me pongo de pie y rodeo el escritorio mientras ella dice en un susurro casi inaudible. —Señor, no quiero perder mi empleo, es el mejor que he tenido desde que llegue aquí, es el mejor que he tenido en toda mi vida a pesar de todas las reglas que hay en esta casa. Ella sigue con la mirada baja mientras yo recuesto mi cuerpo en el filo del escritorio, me sostengo en este para evitar hacer un acercamiento indebido, no quiero dramas innecesarios en este momento de mi vida, la observo detalladamente. Se que el silencio que se hace entre los dos es incómodo, apenas la escucho respirar entrecortado, pero de alguna forma siento que es necesario, tengo tantas ideas revoloteando en mi cabeza, y es que tenerla aquí cambia algunas cosas, empezando que una de las reglas de Jack es no tener ningún tipo de relación con el personal de servicio, pero a ella la conocí afuera, así que no cuenta y no la contrate yo, además ahora entiendo lo que dijo su traslado, venía a mi casa. —Sofia, ¿tu le pediste a Joan que te cambiara de posición y te permitiera vivir en la casa de empleados? —No, ella me lo ofreció… —responde sin cambiar la postura. —¿Por qué me temes? —No es eso, o bueno si, es que Nicholas quien llega a mi casa es muy diferente al famoso Nick. Realmente me dejo sin palabras, solo atino a asentir para recobrar mi postura. —Sofia, para tu tranquilidad no te voy a despedir, se que de este empleo depende muchas personas, también se dejaste las otras casas en las que trabajabas por día y seguramente has hecho muchos ajustes para ahora vivir aquí, pero por favor mírame a los ojos. Veo como de a pocos levanta su cabeza, sus ojos están cristalizados de las lagrimas contenidas y su respiración empieza a acompasarse, está más calmada y yo debo controlarme para no besarla. —Sofia, a mí también me gusta tu amistad, me gusta conversar contigo, y creo que podemos seguir hablando, bueno, ahora me queda más fácil, podemos hablar después del trabajo. Su sonrisa se ensancha y ahora es la mujer radiante y hermosa que se ha convertido la dueña de mis pensamientos y algunos sueños, muchos de ellos un tanto indecorosos. —Sofia, ahora puedes volver a tu trabajo y conversamos más tarde. —Si señor. Se apresura a decir poniéndose de pie, cuando está en la puerta antes de salir me sonríe para luego volver a su trabajo y yo no puedo contener sonreírle de vuelta. Cuando la puerta se vuelve a abrir a los pocos segundos por un instante pensé que era Sofía, para encontrar a Elton sonriendo. — ¿Eres consciente que a partir de esta noche no me tendrás los siete días de la semana, veinticuatro horas al día contigo como tu carcelero? —No, pero en definitiva hoy es el día de las gratas noticias. — Háblame de ello. Paso lo que queda de mañana conversando con Elton de todo cuanto pienso y siento, obviando por seguridad algunos pequeños detalles.
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