Ver la carita de felicidad a Gabriel me hace sonreír, se que suena a cliché pero su felicidad es la mía, aunque sus preguntas fuera de lugar me hacen sonrojar. Se que hace mucho tiempo quiero saber que es lo que hay entre Nicholas y yo, o si tengo esperanza de algo más, y tal vez la respuesta que le dio sea para calmar las preguntas de un niño curioso o tal vez en realidad le guste, eso sin contar que no creo que a Gabriel se le hubiese pasado por alto el detalle que estaba en pijama en la habitación de Nicholas sentada en su cama y toda despeinada, creo que ese niño sospecha algo, aunque hay temas como el sexo que no he sido capaz de tocar pero tal vez sepa algo por el colegio.
Agradezco los minutos que me regala Nicholas, realmente hay mucho que pensar y replantear, siento que mi cabeza va a estallar de tantas cosas. Ese hombre me gusta y mucho, y la forma como me hace sentir, las sensaciones que pasan por mi cuerpo cuando me toca o simplemente me mira, en definitiva estoy condenada, no me imagino que pasaría si me dice que al final solo fui un juego para él, mejor no pienso en eso, que después de estar en el cielo pensar en el infierno hace que queme el doble.
Realmente jamás me imagine, ni siquiera en los sueños más infantiles me llegue a fantasear que mi primera vez fuese con un actor de Hollywood, parece que estuviera en un sueño, y he debido cerciorarme en más de un par de ocasiones que efectivamente estoy despierta, esto es algo tan inexplicable que abruma, aun no puedo creerlo y me asusta pensar en que vendrá. Mientras camino a la habitación contigua a bañarme y vestirme repaso en mi mente todo lo ocurrido, desde sus manos tocándome hasta la forma de su mirada, el movimiento de su cuerpo, e ínsitamente me toco en algunos lugares de su anatomía donde sus labios pasaron, y en definitiva el miedo que siento por enamorar de él es tan real que me paraliza, pero a su vez es tan presente esa posibilidad en nuestras vidas que me da terror, y no se que es peor.
Me dejo caer en la cama mientras pienso en posibilidades, tal vez lo mejor sería vivir esta etapa sin pensar más, dejar que la pasión recorra mi cuerpo, jamás había sido vista ni besada de esa manera y se siente tan bien. Jamás me habían visto como una mujer atractiva, con un hijo a cuestas desde tan joven anule muchas de mis posibilidades, además que en la mayoría de los lugares siempre he sido invisible, siempre estoy buscando no dejarme ver para poder vivir, así que casi no puedo creer estar viviendo esto, sin embargo, los miedos en cada momento son más fuertes, ¿y si este amorío acaba con mi vida? Al final solo hay una cosa cierta, nunca he tenido mucho que perder, y ahora tengo mucho más que ganar.
Luego de un desayuno tranquilo con las ocurrencias de Gabriel como protagonistas y las miradas constante de Nicholas sobre mí, las cuales no me permiten ni articular mis pensamientos de forma adecuada, por fin Gabriel sale a bañarse, lo malo es que me quedo a solar con Nick y las preguntas que tienes amarrada en su cabeza, además sé que no me las dejaría pasar tan fácil en especial porque no entiendo porque es tan importante advertir a alguien que nunca he tenido sexo, está bien, se supone que una mujer que dice tener un hijo por lo menos ha debido estar íntimamente un par de veces con un hombre, pero las excepciones existen y aquí estoy yo.
Al final y gracias a que Gabriel nos interrumpió salimos de compras, y esto si es ir de compras, no lo que yo hacía de buscar lo más económico. Empezando que nunca antes había estado de este lado de la ciudad, es un centro comercial hermoso, limpio, claro e iluminado, parece de ensueño y no solo eso, es caro, algunas prendas representan un mes de trabajo y otras debería trabajar por más de un año, y para mi eso es algo que en realidad no me hubiese atrevido a soñar, para darme cuenta que en verdad nunca aspire a tanto, y ahora tengo oportunidad de tanto que me nubla todos los sentidos el solo pensarlo, nunca habita tenido la oportunidad de ir de compras de esta manera, ni siquiera pensé que hubiese la remota posibilidad de comprar todo cuanto quiera, para ser honesta, no soy capaz de elegir cosas que tenga muchos ceros, eso es muy grande, aunque el insiste en algunas prendas que honestamente no tendría momento para usar.
—Pruébate ese vestido — insiste Nicholas.
— No, es muy costoso, yo sigo siendo una empleada doméstica y no tendría cuando usarlo…
—Úsalo entonces solo para mi… — susurra a mi oído.
— Está bien —digo accediendo a probarlo.
Lo ame desde el primer momento, así que termino en una de las bolsas de compras, y yo pensé que después de comprar algunos vestidos, faldas, pantalones y blusas era suficiente, pero para Nicholas debía llevar más, necesitaba prendas para cada ocasión, incluyendo para ahora que soy su asistente, debía vestirme como tal, así que termino accediendo a sus pretensiones y dejo que sea él quien me guie, aunque al final no sé cuánto compramos, y realmente no quiero saberlo, porque de lo contrario me voy a empezar a sentir mal, aunque él diga que tiene mucho dinero para gastar yo no.
El que no desaprovecho el momento fue Gabriel, quien compro mucha ropa para usar en su nuevo colegio así como algunos juguetes para los que no me alcanzaba el dinero que ganaba mensualmente, y como si fuera poco cuando terminamos de comprar y con tres viajes al parqueadero subterráneo del centro comercial a dejar las compras fuimos a comer algo y terminamos en el área de juegos, y esta es diferente a otras a la que hemos ido, dejémoslo en que simplemente es excesivamente lujoso, sin embargo, la esencia es la misma divertirnos y reírnos hasta que nos duele.
Lo curioso es que en ningún momento se acerca a mí, nunca me besa ni me toca, aunque sus gestos son de ternura y deseo, no hay contacto físico en ningún momento contrario a la noche anterior, aunque veo pareja por todos lados mostrando su afecto, y él parece leer mis pensamientos porque en el momento se acerca a mí.
— Sofia, ¿estas bien? —susurra a mi oído.
—SI, estoy bien, solo que nunca había pasado tanto tiempo metida en un centro comercial gastando dinero.
—Entonces a seguir jugando, para que Gabriel quede agotado y la noche sea de nosotros dos.
Asiento sonriente y seguimos jugando para luego ir a comer pizza, volvemos a casa hablando alegremente de todas las cosas que hicimos en la tarde y los planes de Gabriel de piscina para la próxima semana que compiten con las ganas de ir a correr cars. Cuando llegamos a casa, luego de descargar los paquetes del auto y mientras llevamos las ultimas bolsas a la habitación, el niño sale corriendo con sus nuevos juguetes mientras Nicholas y yo nos quedamos atrás.
— Gracias por lo que le compraste a Gabriel y a mí, así como por llevarlo de paseo…
—No me des las gracias por eso, a veces me hace falta tener con quien compartir mi dinero.
Dentro del garaje se acerca y me besa como lo estaba deseando hace rato, dejo que el me toque y me abrace, para separarnos cuando escuchamos los gritos de euforia de Gabriel bajando las escaleras. Me siento como en un sueño, de esos que parecen reales y me da miedo despertar, esos a los que me aferro, aunque la alarma ya hubiese sonado.