Capitulo veinte. Sofia.

1479 Words
No es mi primer beso, pero si es la primera vez que me besan de esa manera, una mezcla indescriptible de fuerza, dulzura, ternura y su lengua dentro de mí, todo al mismo tiempo, aun me estremezco de solo pensarlo, además que es uno de los hombres más atractivos del mundo. Al principio me paralizo su acercamiento, no me lo esperaba, para luego dejarme llevar, al final lo peor que puede pasar es que tenga una historia que contarles a mis nietos: bese al hombre mas hermoso sobre la tierra. Sus manos cálidas viajan por mi cuerpo, y un calor inexplicable empieza a recorrerme. Realmente quiero esto, quiero seguir, quiero saber que se siente. Cuando el sonido de la puerta nos interrumpe, es Gabriel que quiere jugar. No puedo parar de reír mientras lo abrazo, por primera estoy dispuesta a algo mas y Gabriel detiene el momento, solo ruego tener segunda oportunidad y quiero que sea ahora. Le digo a Gabriel en secreto que vaya a ver una película y le prometo luego saldremos a jugar un rato al jardín y en la tarde pasaríamos a la piscina, lo que hace que salga corriendo a su cuarto y yo cierre la puerta, le sonrió a Nicholas y lo beso, y esta vez soy yo quien toma la iniciativa, siento el sabor de sus labios, la forma de su sonrisa, el rose de su barba, el tacto de sus manos, y si no esto no es el cielo, no se que es. Dejo que él tome el control y me recueste en la cama mientras me toca, sus manos son grandes y fuertes, aunque su toque es delicado, le doy espacio para que me bese y yo cierro los ojos dejándome llevar. Pero para mí mala suerte Sandra esta llamando desde afuera, por un instante pienso en no decirle nada, en ignorarla, pero sus gritos son cada mas fuertes junto con Micaela llamando a Gabriel, lo que haría que en pocos segundos él este aquí adentro pidiendo permiso para salir, así que no tengo mas remedio que responde a los alaridos de mi compañera de trabajo. Con pesar salgo de la cama y le hago señas de silencio a Nicholas, quien sonríe de forma cautivadora mientras se recuesta en la cama al tiempo que yo salgo de la habitación, para encontrarme a una Sandra preocupada y yo con ganas de matarla. —Hola Sofia, ¿estas bien? —SI, estoy bien, solo que el señor sabe que no salgo de fin de semana y me pidió que descansara en la mañana para que le ayudara con la cena de hoy y algunas comidas de mañana… —Yo pensé que estabas enferma — dice más tranquila — y te traje comida para varios días— me entrega unos recipientes plásticos marcados—me tenías tan preocupada que no fui capaz de irme antes, es más, se supone que yo salgo los viernes en la noche después de servir la cena, y hoy dije ya que estoy aquí adelanto el desayuno, pero ni tu ni el señor llegaron, él avisó que iba a estar afuera, la verdad no lo vi salir — dice parloteando de forma acelerada — y no se porque me quede mas tiempo del previsto, hasta que me decidí a verte, ¿de verdad estas bien? —Si, estoy bien, solo que en verdad estaba muy cansada… — Si, te entiendo, con ese horario que estas manejando ahora, debes estar en la mansión temprano para el desayuno y te quedas hasta tarde, hasta que el señor cene, esa rutina agota —Si y mas que es nueva para mi —digo buscando cortar la conversación —- ¿a que hora viajas hoy y a que hora regresas mañana? —Salgo en una media hora— me mira detenidamente — Y… ¿Por qué tienes esa cara? —¿Qué cara? —pregunto preocupada. — ¿Cómo si algo hubiese ocurrido? además que estas toda despeinada y mal vestida. — Estaba durmiendo cuando llegaste —me apresuro a responder una mentira a medias —entre el trabajo y Gabriel casi nunca puedo hacerlo, y es una de las razones por las que acepte este cambio, con eso duermo un poco mientras el niño está jugando un rato y como dice el jefe que a veces sale los fines de semana, esos días saldría con el niño… —Si es cierto, buena idea, él pasa más tiempo afuera los fines de semana que en casa, además que podrías acomodar tu tiempo — responde pensativa—me gusta tu plan. Luego de hablar un rato más logro que salga para yo poder volver a la habitación donde tengo a mi jefe oculto en su propia casa, como si fuéramos amantes y honestamente no puedo evitar sonreír, ese hombre tiene algo que me gusta mucho. Antes de entrar a la habitación observo a Gabriel que juega en el jardín y le hago señas para que suba, él niega por la cabeza y sigue corriendo por todos lados. Una de las personas encargadas de la seguridad me hace señas para que entre tranquila, que él lo vigila, así que ¿Por qué no aprovechar el momento? emocionada entro a la habitación donde está Nicholas. me invade una sensación de vacío al verlo listo para salir, tenía esperanza de algo más. Conversamos un rato y no puedo dejar de ilusionarme ante la posibilidad que me ayude con el permiso de residencia , sé que lleva su tiempo y hay algo de trabajo en todo ello, pero no puedo dejar de pensarlo, sin embargo, sacudo mi cabeza para no llenarme de falsas ilusiones cuando dice que es posible casarnos. Conversamos alegremente esa sensación de estar acompañados es maravillosa, tener alguien con quien hablar de una forma más íntima, más cotidiana, es como si se creara un vínculo que no conozco. Me preocupa cuando me pide le asista el lunes, aunque no descarto que me gusta la idea de estar más tiempo juntos. Me da algunos besos mientras compartimos la comida ,ojalá estos momentos fueran eternos. Cuando terminamos de comer él lavar los platos, sonríe en todo momento y parece tan normal, tan humano que no puedo evitar acercarme ha abrazarlo y besarlo. Para mi sorpresa quiere que pasemos juntos el fin de semana en la mansión, con niño incluido, esto es realmente nuevo para mí, en verdad no me quiero enamorar, pero es tan fácil hacerlo de él, solo falta que me lance la típica frase cliché pidiendo que no me enamore, pero no dejo de pensar en todo esto, parece sacado de una película. Nos despedimos con un beso, sale con Gabriel emocionado, no puedo pelear con un plan de piscina. Así que, teniendo tiempo para mi corro a la ducha, sé que no he tenido intimidad con ningún hombre, pero no soy tonta y se lo que podría pasar esta noche, por lo que me tomo el tiempo en bañarme, depilarme, aplicarme crema en el cuerpo, peinarme y vestirme con lo más decente que tengo, un jean y una camiseta que compre hace poco, quiero verme casual pero bonita. Cuando siento que estoy lista para salir, que me veo decente y presentable bajo a la piscina a buscar a Gabriel, ya son mas de las cuatro de la tarde y dentro de poco va a empezar a hacer frio y no quiero que se resfrié. En cuanto me ven llegar Nicholas me sonríe de forma tierna y Gabriel corre hasta mí, mientras le abrazo le pongo al tanto con los últimos acontecimientos de lo que se puede enterar. —Gabriel, te tengo una noticia. —¿Cuál mamá? ¿es sobre la serie que voy a grabar? —No, solo que Nicholas nos invito a pasar la noche en la mansión y por lo tanto es fin de semana de piscina. —¿En serio mamá? —Si — respondo sonriendo. —Que emoción, mañana podemos venir otra vez. —Si hijo, ahora vamos a casa, te bañas, recogemos algo de ropa para esta noche y mañana, y volvemos para la hora de la cena. —Esta bien, entonces vamos rápido, quizás me deje jugar con su PS5. Así que luego despedirme de Nicholas con ganas de darle un beso, que me resisto solo por Gabriel camino a casa, mientras mi corazón palpita de una manera que no he sentido antes, y es inevitable para mí sonreír en todo el momento. Cuando entro me apresuro en organizar una pequeña maleta con algo de ropa mientras Gabriel se baña y se arregla decido cambiarme por un vestido, maquillarme un poco, cuando estoy segura que me veo como quiero me preparo para salir, cuando suena el intercomunicador, Nicholas pidiendo que nos apresuráramos, mientras veo de reojo a Gabriel feliz corre de un lado a otro.
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