Capitulo treinta y dos. Sofia.

1319 Words
Es la primera mañana que despierto en la cama de Nicholas, el servicio deberá empezar a trabajar en cualquier momento, aun no saben de nuestra relación, pero como dice Nicholas no debemos darle explicación a nadie, al final somos adultos sin compromisos y podemos hacer con nuestra vida lo que queramos. Despierto corriendo para organizar a Gabriel y estar listos antes de que la ruta pase. Por un instante pienso que debo estar arreglada y maquillada antes que todos lleguen, además del desayuno. Nicholas me calma, se me olvida que desde que estoy con él, hace solo unos días, puedo disfrutar algunos privilegios. Así que empiezo a tomarme las cosas con mas calma y es realmente extraño tener tiempo para mí, abrazar a mi niño y disfrutar los momentos que estoy con él, sin la necesidad de salir corriendo a dejar todo listo para llegar a tiempo al trabajo. Luego que conocemos las nuevas personas que van a trabajar en la casa me acerco a Gabriel, mientras Nicholas da indicaciones en la cocina. —¿Cómo te sientes con el tema de la niñera ahora que ya la conoces? — le pregunto a Gabriel mientras le abrazo. —Bien, quiero que cumplas tus sueños, y me gusta verte bonita, quedarme con una niñera mientras estas fueran no es difícil, se que después podremos pasar juntos otros días, Nicholas me explico como funciona todo. —Me alegro que estés feliz con esto – digo dándole un beso en su cabeza. —Mamá, como no estar feliz, mira como vivimos, ya no sufrimos por comida, ni por muchas cosas, en verdad no quiero volver atrás, quedarme con una niñera es fácil. —Sabes que es lo mejor, que ahora te llevo al colegio y cuando no tenga trabajo yo te recojo. —Eso me gusta y las clases que voy a empezar a tomar me emocionan mucho. —Aprovéchalas mucho — le digo en un susurro —dicen que es la mejor escuela de todas. —Si lo sé, siempre quise ir a ese lugar. —Bueno ahora a prepararse para ir a clases, y cualquier cosa me llamas al celular. Gabriel asiente y sale corriendo a buscar sus cosas, Nicholas aun esta en la cocina hablando algo con Sandra y las chicas nuevas cuando Mariela se acerca con una sonrisa que asusta, sin embargo, yo soy la que primero habla. —Felicitaciones por tu ascenso, el señor me conto que ahora eres la ama de llaves de la casa. —A la que debería felicitar es a ti, que pasaste de empleada de servicio a asistente, y de asistente a amante del jefe y todo en menos de una semana, creo que acabas de hacer récord —dice con ácido en su voz. —Eso no es así Mariela, y pido que me trates con respeto. —¿Por qué debo hacerlo? ¿Acaso eres la jefe? No Sofia, eres una mas de nosotras solo que sin uniforme, eres una arribista… —Mariela ese asunto no es tuyo —digo con voz calma aguantando las ganas de llorar —y yo se que soy una empleada más, pero lo que suceda es asunto mío, yo hago mi trabajo, tu haces el tuyo y todos felices. —Si y parte de tu nuevo trabajo es revolcarte con el jefe ¿Cuánto te paga por la noche? —Mariela no me hables así por favor, no tienes motivo para atacarme de esa manera, además no tengo nada con el señor —y en definitiva soy pésima mentirosa. —No te creo ni un poquito Sofia, pero si eso te hace sentir mejor quien soy yo para decir lo contrario y ahora si me disculpas, yo si debo ir a trabajar. Y sin mas se fue, y a los pocos segundos llego Gabriel, Nicholas y la niñera, todos listos para empezar el día. Pero en mi mente no paraban los reproches de Mariela y no entiendo si no estoy haciendo nada malo porque me siento tan culpable con las acusaciones de ella, es mas no he recibido nada de dinero, ni le he obligado a nada. Luego de despedirnos de Gabriel y Micaela, la niñera volvió a casa con el conductor, y nosotros seguimos hacia el estudio y no puedo evitar llorar, las palabras amenazan con hacerme implosionar, para mi fortuna Nicholas comprende lo que sucede. Debo confesar que estoy tentada en pedirle su cabeza, decirle que no la quiero mas trabajando en la casa, pero también se que de su sueldo viven muchas personas. Al llegar al estudio es igual que el día anterior, él me entrega sus cosas y apenas usa su celular en los momentos de maquillaje, luego de una llamada veo que algo le pasa, esta intranquilo, enojado, sin embargo, la promesa de hablarlo después flota en el aire, pero solo hasta que subimos al vehículo de vuelta a casa es que estalla. —Sofia, ¿tú le has contado a alguien de lo nuestro? —No, y no podría hacerlo, si así me trato Mariela esta mañana no me imagino en donde la información se confirme. —Parte de la información de la casa se esta filtrando, no se como si hemos sido muy cuidadosos, no quiero que salga nada hasta que tengamos los documentos listos. Asiento lentamente, tengo muchas preguntas en la cabeza dando vueltas. —¿Qué pasaría contigo si me descubren sin documentos trabajando contigo? —Mas allá del escándalo, me pondrían una multa, nada grave, me preocupa eres tú, sé que hay casos donde permite arreglar documentos y cosas así con algo de dinero e influencias, pero también sé que podrían deportarte, y eso me asusta mucho. —A mi me asusta perder a Gabriel —digo en apenas un susurro. —Te prometo que eso no va a suceder. Le veo el rostro con ganas de decirme algo, pero al final niega con su cabeza, respira profundo y se concentra en la vía. —Sofia, no olvides que hoy empiezas tus clases de dicción e inglés. —Si, no lo he olvidado y en verdad estoy emocionado por ello. Cuando llegamos a casa las cinco de la tarde me dirijo a una oficina que no se usa, diseñada en forma de sala de juntas, en donde el profesor esta esperando, es un hombre mayor muy elegante y sonriente, quien espero me tenga paciencia, mientras yo estoy en clases Gabriel esta con Nicholas jugando PS5. Debo confesar que una hora diaria parece muy poco, pero es lo apropiado, corrige la forma como digo las palabras, me perfecciona el idioma, explica cosas que de ortografía y gramática, y cuando terminamos me siento más elegante, al final recomienda que lo use a diario para que vea el cambio, y se que si yo cambio Gabriel también lo hará. Para mi sorpresa cuando la clase termina Gabriel y Nicholas tienen lista la cena, y me están esperando para comer. —¿ustedes sirvieron la cena? —pregunto sorprendida. —SI, esto de los cambios que te conté, no quiero alguien que me sirva la comida, con que la dejen preparada esta bien, nosotros mismos podemos poner a andar la maquina que lava los platos. —Me gusta esto, es mas tranquilo. —¿y cómo te fue a ti hoy? —le pregunto a Gabriel. —Mamá, fue lo máximo, tengo tanto que contarte, que no acabo hoy. — Entonces empieza que en un rato debemos ir a dormir. Comemos riendo los tres y hablando cosas graciosas, y escuchando el día de Gabriel quien fue a clases de actuación y esta emocionado, y dice que su niñera es divertida, aunque se aburre mientras espera que él termine clases. Realmente se siente muy bien esto, podría acostumbrarme, para luego de dormir a Gabriel, ir a pasar la noche con Nicholas y dejarme llevar por lo que él proponga.
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