Capitulo treinta y tres. Sofia

1657 Words
Durante los siguientes días caímos en una rutina en donde cada mañana nos despertábamos dándonos pequeños mimos para luego ducharnos juntos con calma. Sandra se encarga de preparar el desayuno, y llevamos nosotros al niño al colegio antes de ir al estudio. Luego un día de trabajo tranquilo en donde veo a Nicholas infundirse en su personaje y trabajar con personas que antes solo veía en pantalla, tan lejanas a mi. En algunas ocasiones lo veo con la mujer de aquella vez, no puedo evitar sentir una ligera punzada de celos, aunque el trato de ellos es tan indiferente que no pareciera que hubiesen tenido algún tipo de relación. En las tardes luego de mi clase, cenamos en familia, menos los días en que el rodaje se extiende. He puesto en practica todo lo aprendido sintiéndome ligeramente diferente. Los sábados en la mañana tendré clases de etiqueta hasta que se estime conveniente. Y mis noches, son las mas dulces de todas, cada una era diferente a la anterior, a veces películas, otras simplemente hablábamos, pero en todas ellas siempre hacemos el amor y dormimos desnudos abrazados. El sábado nos despertamos y para nuestra fortuna Gabriel aún sigue durmiendo, mientras nuestras manos están entrelazadas y nos damos besos tiernos. —¿Cómo te sientes siendo mi asistente? —Me voy acostumbrando, al principio realmente extraña, casi sentí tan perdida como cuando llegué al país… —¿Cómo es eso? —Para mi la casa había sido algo fácil, limpiar es algo sencillo para mí, así como poner platos en la mesa y ese tipo de cosas, siempre usaba un uniforme, cabello recogido, nada de maquillaje llamativo, ni joyas, y ahora, aunque sigo siendo invisible debo vestirme de una forma, puedo usar lo que quiero, maquillarme como siempre quise, debo hablar y comportarme de otra forma, antes nadie esperaba nada de mí, pero ahora por estar con alguien famoso esperan que me sepa comportar. —No tenia idea de eso, pero te entiendo bastante bien —dice con voz sincera —cuando yo empecé en el mundo del espectáculo mis modales eran nulos, y ni te imaginas mi forma de hablar, pero todos estaban fascinados por mí, por mi físico, así que estudié juicioso por meses tal como tú estás haciendo ahora, trabajaba de stripper y sin contar todo lo que arrastraba, así que te podrás imaginar que una parte de mi estaba a la defensiva, luego me volví la revelación del momento, llegaron las entrevistas y agradecí todo lo que aprendí, una era Nicholas que puede ser relajado y hasta desarreglado, y otra es Nick, debe ser siempre un seductor. —Qué tan difícil es todo ese tema de la etiqueta? —pregunto curiosa. —Es bastante simple, ponlo en práctica todos los días hasta que se vuelva habito, así como todo lo que has aprendido en dicción e inglés, por lo menos yo estoy empezando a escuchar los cambios, luego viene el gimnasio. —Eso espero porque estas invirtiendo mucho dinero para que dé resultados y en cuanto hacer ejercicio, no esta en mis listas de prioridades. —Sabes que el dinero no es lo que me importe, bueno si me importa, me gusta tenerlo, pero no me molesta gastarlo en ti y si no haces ejercicio en el gimnasio, yo te ayudo a hacerlo de otra forma. Se acerca a besarme y mientras el día inicia hacemos otra vez el amor, y estar juntos es algo adictivo, ese tipo de sensación en el cuerpo que siempre quieres despertar, me gusta tocarlo y compartir con él, y ni hablar de sus besos, caricias, sus miradas, sus ojos claros, su piel suave, me derrito en solo verlo. Luego del desayuno bullicioso llega la señora Pott, empieza a trabajar mi postura ante la atenta mirada de Gabriel y Nicholas, quienes al final deciden no dejarme sola, y practican conmigo la forma correcta de sentarse en la mesa, de usar los cubiertos y mantener la espalda recta sin que duela. En definitiva, no tengo más opción que ponerlo en practica todos los días. Cuando terminamos la clase, luego de comer ellos salen corriendo a la piscina, mientras que me encamino al apartamento. Se siente bien que estemos solos, las habladurías de las chicas me tienen agotada, no se que tanto dicen, pero estoy segura que soy su tema de conversación favorito, desde el martes aquel día no he vuelto a hablar con Mariela y procuro no estar cerca de ella. Por los horarios de trabajo no he tenido la oportunidad de hablar con Sandra, realmente no quiero hacerlo, ella siempre esta en la cocina o en su apartamento, y simplemente busco estar lo mas lejos de esos lugares. Cuando llego al apartamento me sorprende saber que hace unos días ese era mi hogar y ahora vivo en la mansión y comparto cama con Nicholas. Realmente él me gusto desde el primer momento que lo vi, desde mucho antes que me enterara que era famoso y millonario, simplemente tiene algo que me atrae como polilla a la luz, solo espero no quemarme. El apartamento se siente muy solo, parece abandonado, recojo las pocas cosas que podemos trasladar y que valen la pena conservar, como nuestras fotografías. Acomodo con cuidado mis pocos recuerdos palpables y como si fuera un caracol cargo con mi vida en una maleta. Me entretengo viendo las fotografías de Gabriel cuando bebe, me veía tan niña en esas fotos que me sorprende que me creyeran que era mi hijo, cuando escucho unos pasos en la puerta. —¿Qué haces Sofia? —pregunta Nicholas acercándose a mi lado. —Estoy trayendo las cosas del apartamento, y me entretuve viendo fotos. —¿Esa eras tu? — pregunta señalando una foto. —Si, me veía muy niña. — Si, eras una niña cuando empezaste a trabajar sola y con Gabriel a cuestas — dice con la voz estrangulada, que luego aclara. —No fue fácil, pero no me arrepiento, gracias a todo eso te conocí a ti. Me sonríe de forma dulce para luego darme un beso en la frente. — Agradezco ese accidente que me llevo a ti y por fortuna no me paso nada grave, bueno perdí algunos dólares por el auto, pero nada que no se pueda recuperar. —¿Ya se cansaron de la piscina? —pregunto buscando cambiar el tema de conversación. —Si, Gabriel se fue a bañar para encontrarnos en un rato, vamos a ver películas en el cine, debo aprovechar antes que nos mudemos. —¿Vas a tener cine en la nueva casa? —Probablemente si, Gabriel es quien mas lo disfruta ¿Nos acompañas? —Si, ya terminé de traer todo, no quedo nada allá. —Igual debemos hacer una revisión final antes de vender la propiedad. —Si, me parece buena idea. —Por cierto, tengo algo que mostrarte, no te muevas. Va por su computadora a la oficina, la enciende, hay una carpeta llena de archivos con numeración de nomenclatura por nombre. —¿Qué es esto? —Son opciones de casa, todas están en la misma zona, solo debes escoger la que más te guste. Asiento mientras observo cada archivo con detenimiento ante la atenta mirada de Nicholas. —Creo que me gustan todas… —digo en apenas un susurro. —Entonces veamos todas… — dice emocionado. —No entiendo — digo confundida. —Mañana vamos a salir, normalmente no trabajan los domingos, pero hemos estado muy ocupados, y como saben que la comisión es grande sin importar la casa que escoja, simplemente a mi agente de bienes raíces no le importa trabajar mañana. —¿pero por que me muestras todos estos archivos a mí? Escoge la que consideres más apropiada. —Así no funciona, vamos a escoger una casa para vivir los dos, nuestra casa, y quiero que tú también participes, la que te guste y te sientas feliz. —Está bien, pero me parece un poco exagerado. —No es exagerado, entiéndeme que necesito proteger lo nuestro, he estado hablando con el abogado y al parecer el caso es complicado, mucho más de lo que parece, y la mejor solución es casarnos, pero mi manager me dijo que no era tan fácil esa opción, por no sé qué cosas, además de Gabriel que debemos registrar como tu hijo, pero no hay ni un documento que los vincule, solo el hecho que lo has criado toda su vida, pero al parecer eso no es suficiente, necesitas una prueba de ADN — dice con voz tensa — es más propuse sacarte del país, casarnos en el tuyo y volver como esposos, pero al parecer en el momento que intentemos eso tal vez no puedas regresar. —¿Entonces que podemos hacer? —No lo sé aun Sofia, pero por favor ayúdame que todo sea más fácil, muchos se han preguntado quien es la mujer misteriosa con la que salgo y porque desde hace mucho tiempo no se me ha visto en algunos lugares que antes frecuentaba ni con ninguna pareja, quiero ir contigo a todos los lugares, que entres de mi brazo a las galas, por favor ayúdame con ello, eso sin contar que tengo miedo que nuestra información se filtre y sucedan cosas nefastas… —Está bien Nicholas, me dejo guiar por ti, confió en ti. Respira un poco aliviado, y se va a hacer una llamada. Aprovecho para observar las casas con detenimiento, no puedo decidirme una es más hermosa que la otra. Pero hay una que es perfecta, solo tiene cuatro habitaciones, con una casa de visitas aparte, tiene piscina, un jardín hermoso. —Nicholas —digo en apenas un susurro — quiero ver primero esta casa, hay algo en ella que me gusta. El asiente mientras da indicaciones a su interlocutor, y no puedo esperar el momento para ver la casa personalmente, parece sacada de una película, así como mi vida.
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