Capitulo cuarenta y ocho. Sofia.

1475 Words
En la casa de Jhony una tensión extraña está flotando en el aire, es como si tuvieran mucho que decirse, pero a la vez nadie dice nada. Como si estuviera conteniéndose lo que quieren expresar y sacar lo que tienen guardado, apenas se escuchan las respiraciones tensas ante miradas atentas, como quien espera en recibir el primer golpe. Pienso en que tal vez sea mi presencia la que hace que no hablen, al final solo estoy aquí porque Nicholas me lo pidió ante la sensación abrumadora de no poderlo hacer solo. Por mi hubiese salido corriendo de esa casa, hay una vibra extraña que me hace sentir incomoda, pero al final termino guiada por Juliana hasta el segundo piso donde está la esposa de Jhony jugando con los niños más pequeños, mientras que la niña grande ve algo en la televisión. Me siento en el sofá abullonado que me señalan y solo observo, no soy capaz de decir algo, realmente nunca me había sentido tan incomoda en un lugar, todos me miran de una manera extraña casi siento que me rinden algún tipo de pleitesía por llegar con Nicholas, tal vez piensen que soy famosa o algo así, por lo que solo se limitan a sonreírme. Para entretenerme juego con el celular última generación que me regalo Nicholas hace unos días, y antes de ser consiente me quedo dormida, para cuando despierto el sol ya se ha ocultado, tengo hambre, sed, estoy cubierta con una manta y Beatriz me tiende una taza humeante y los niños jugando en el piso. —Hola… disculpa, ¿tu nombre es Sofia? —pregunta sonriendo —Hola, si y el tuyo —respondo mientras recibo la taza después de estirar un poco el cuerpo entumecido por dormir en una posición incómoda. —Beatriz. —Mucho gusto Beatriz, ¿Cuánto tiempo llevo dormida? —Cerca de tres horas, te vi dormir tan relajada que me dio pesar despertarte —¿Aún están reunidos abajo? – pregunto luego de tomar un sorbo de te —Si, creo que tenían mucho que hablar… realmente Jhony se lamentó por años de todo lo que ocurrió esa noche, así que me alegro mucho que por fin estén hablando. —Nick, también paso años lamentándose de todo lo sucedido – digo buscando no decir mas de la cuenta. —Me alegro mucho que estén hablando —dice algo incomoda — y cuéntame, ¿tú también eres famosa? no recuerdo tu cara de ni un lado. —No, no soy famosa. —Y entonces… —Soy la asistente personal. —¿Cómo es eso de trabajar con un famoso? ¿Nick tiene una mansión? ¿es bonita? ¿Cómo es todo ese mundo de Hollywood? — lanza una ráfaga de preguntas mientras mantiene su rostro emocionado. —La mansión es bonita — empiezo a decir en tono tranquilo— de Hollywood no se mucho, siempre estoy trabajando, pero no me puedo quejar, desde que estoy trabajando con Nick es mucho más fácil todo. — Entiendo, sabes, a mí me gustaría salir de aquí, viajar por el mundo, llevar a mis niños de paseo, darles otras oportunidades, pero… con Jhony siempre batallamos para llegar a fin de mes, todo es tan complicado. —Te entiendo, yo tengo un niño de diez años y antes de empezar a trabajar con Nick todo era tan complicado y difícil, ahora vivo dentro del terreno de su casa con mi hijo y todo mi trabajo se ha convertido más fácil y ya no sufro horas de tráfico para llegar a recogerlo. —Me alegro mucho Sofia. —¿Y el padre del niño? — pregunta en tono casual. —Dejemos en que soy madre soltera. —Entiendo. Se hace un silencio entre las dos para darme cuenta que si Nicholas va a adoptar a Gabriel, lo mejor es que no siga diciendo que tengo un hijo, ni dar mayor información del niño, simplemente decir que soy soltera y ya, lo que me hace sentir que me arrancan un pedazo de mí, como si mi corazón amenazará con dejar de latir. Estoy ensimismada cuando ella me vuelve a hablar. —Sofia, ¿Tú sabes porque Nick busco a Jhony? ¿tú sabes si le va a dar algo de dinero?— me observa atenta, como esperando algún movimiento mío que le confirmara sus sospechas. —Lo poco que se es que él quería hablar con su amigo para sanar esa parte, su psiquiatra insistió mucho en el tema, así que aquí estamos y en cuanto al dinero, no me encargo de sus finanzas, y realmente no sé cuánto gana, prefiero mantenerme al margen con esa información. — ¡Oh! entiendo — dice un poco apenada — no es que me interese su dinero, solo que él tiene tanto y nosotros tan poco, que un poco no nos caería nada mal. — Te entiendo, pero ese tema si depende de él —digo en tono seco. Conversamos un poco más de temas banales, una brecha de incomodidad creció entre nosotras, así que apenas escucho la voz de Nicholas llega desde el primer piso, me pongo de pie y camino hasta las escalares, donde encuentro a Jhony preguntando cuando se volverían a ver y Nick dejándome de alguna forma a mí la responsabilidad, por lo que propongo que la próxima vez ellos podrían visitarnos, para luego por fin, luego de varias horas, salir de esa casa. Una sensación de cansancio invade mi cuerpo, estoy agotada y eso que realmente no hice nada, solo dormir. El guardaespaldas sigue junto a la puerta, y no quiero pensar que estuvo de pie todo el tiempo en ese lugar, me lo quedo mirando fijamente y el simplemente asiente, por lo que parece que respondió mi pregunta no verbalizada. Cuando subimos al auto, y el guardaespaldas me confirma que estuvo todo el tiempo junto con el conductor con el auto parqueado afuera esperando por algún movimiento sospechoso para moverse o atacar. Unos minutos después por fin el auto se pone en marcha y una sensación de alivio me invade al alejarnos. —¿Qué hiciste todo ese tiempo? —pregunta Nicholas entrelazando nuestros dedos. —No lo vas a creer, me quede dormida jugando con el celular, cuando despierto hable un poco con Beatriz y apenas escuche tu voz, baje para encontrarme contigo — cuento en un tono de voz que intento que suene casual, pero creo que sonó a queja —¿y qué tal tu tarde? —Siento mucho si te aburriste al punto de dormirte, prometo compensártelo— dice mientras me da un beso en las manos —pero realmente necesitaba que me acompañaras, creo que no hubiese sido capaz nunca de hacerlo solo, no hubiese podido bajar del auto. —Está bien, espero mi recompensa — digo riendo —ahora cuéntame todo, ¿Qué paso? — Pues que fui un tonto todos estos años, realmente el tema era más simple de lo que todos habíamos pensando, solo era sentarnos a hablar —dice con evidente cansancio en su mirada. —Si, pero si eso no hubiese pasado, no estaríamos juntos aquí hoy… — digo en tono un poco pensativo. — O tal vez sí, la vida es tan incierta que no sabemos los caminos que nos tiene deparado hasta que sucede, no más tú, todo lo que has vivido para que estemos hoy aquí. —Bueno, en eso tienes razón y ahora cuéntame todo. En el camino al hotel me va contando todos los detalles de lo sucedido, mientras yo me debato en si le cuento la insinuación de Beatriz sobre el dinero que podría dejar o no, no quiero romper la magia del momento, cuando al final el termina contándome que le dejo a Jhony un cheque. —Le deje diez mil dólares a Jhony ¿tú crees que le alcance?— dice preocupado. —Créeme que sí, esa suma es grande. —¿en serio? —Si, es una suma bastante grande… —Sabes me acostumbre tanto a las grandes sumas que eso es tan poco para mí, que a veces no lo dimensionó — dice en tono triste. —Lo sé, pero créeme que alcanza para mucho… —Está bien, te creo, y ahora vamos a cenar, muero de hambre. — Por fin te dio hambre —digo riendo —yo tengo hambre desde esta mañana. —Lo siento, no fue mi intensión ponerte a pasar hambre, pero en verdad no me pasaba la comida antes… —Lo sé, y no te preocupes por eso, ahora vamos rápido a comer. Nos sentimos tan livianos por el hecho que la primera parte del plan saliera bien, que se respira una sensación de alivio, con el transcurrir del tiempo una sensación de calma se apodero de mí y una sensación de euforia en él
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