Le paso mi portátil para que revise las opciones de casas, y honestamente no fue tarea fácil, a Sofia simplemente le gustaron todas, para luego cuando vuelve a revisar con calma, le gusta la misma que me gusto a mí, es una propiedad interesante, no es muy grande ni muy pequeña, tiene un tamaño perfecto, y lo mejor de todo es que casa de visitas por aparte, lo que garantizaría un espacio para atender todo lo relacionado a entrevistas y cosas de ese tipo, sin que invadan mi espacio personal, además que podría acomodar de forma fácil a los empleados, es una zona fácil de llegar.
Luego de agendar la visita para mañana con el asesor, subimos algo de comer al cine y ponemos la película que Gabriel elije, quien después de un par de rebanas de pizza, y parar para que se cepillara los dientes y se pusiera pijama, quedo dormido sin saber el final, lo llevamos alzado hasta su cama para luego nosotros dos hacer planes de adultos.
Algo pasa los fines de semana, me despierto más temprano de lo normal y con la cabeza llena de cosas, no acostumbro a rumiar tanto algunas ideas, pero me guste o no, hay varios temas que debo enfrentar lo más pronto posible, y uno de ellos es hablar con mis padres, el otro es hablar con Sofia sobre lo que dijo el abogado y tomar decisiones.
El tema de mis padres me está haciendo un hueco en el pecho, hace algunas semanas luego de hablar con mi terapeuta me puse en la tarea de ubicarlos, le pedí a un investigador que me diera toda la información que encontrara de ellos, y ya que estaban en la zona también de Jhony. Para mi sorpresa mis padres siguen viviendo en la misma casa con mi hermana menor, mis hermanos huyeron de casa hace algún tiempo y pedí que los encontraran. En cuando a Jhony, sigue viviendo con su madre en el mismo lugar, y creo que también le debo unas disculpas. No soy capaz de dar el paso solo, quiero que Sofia me acompañe, pero sin Gabriel.
Así que tengo dos temas que hablar de forma urgente con mi novia, dos temas que me aterra enfrentar, lo malo es que no hay mucho tiempo para ello, así que empecemos con uno de ellos ya mismo, el que considero más difícil, la adopción de Gabriel y quiero enfrentarlo ahora, antes de salir a mirar la casa que vamos a comprar, no quiero hacer esa inversión si no continua conmigo.
—Sofia —empiezo diciendo mientras la tengo abrazada contra mi cuerpo.
—Nicholas —responde ella en el mismo tono de voz mío.
—Sofí, tengo algo importante que hablarte y no sé por dónde empezar.
—Creo que por el inicio está bien —dice riendo.
—Es serio, podrías por favor escucharme, no es fácil para mi decirte esto.
Su postura corporal cambia mientras asiente, así que se acomoda de tal forma que quedamos mirándonos a los ojos en todo momento.
—Sofia, he estado hablando con mis abogados del tema tuyo y de Gabriel
—¿Y qué ha pasado? ¿Qué podemos hacer? — pregunta tensa.
—La mejor opción es que yo adopte a Gabriel —digo en un hilo de voz — para luego que tus papeles estén en orden cederte la patria potestad a ti…
—¿Esa es la mejor opción para él? — pregunta tímida.
—Si, porque no hay nada que pruebe que eres su madre, ni siquiera una prueba de ADN.
Se queda en silencio pensando mis palabras, para luego cerrar ligeramente los ojos y me empiezo a preocupar porque demora más tiempo del normal su silencio, no sé qué pasa por su mente, pero de algo si estoy seguro, está analizando sus opciones. No me pierdo ni uno de sus gestos, el movimiento de sus ojos, de sus labios, la forma de sus cejas, cuando sé que tiene una respuesta vuelve a abrir a los ojos y busca los míos.
—Si crees que es la mejor opción para todos hagámoslos, confió en ti.
—¿Está segura?— pregunto buscando algo en su mirada.
—Si, totalmente, por lo menos si yo faltara él podría tener una buena vida, podría vivir en un lugar como estos, estudiar, así como hacer realidad sus sueños y no lo arrastraría a una incertidumbre o quedaría en manos de quien sabe que o quien, solo te pido que, si algo me pasa, lo cuides como yo lo he hecho hasta este momento.
—Sofia, nada te va a pasar, es solo un formalismo para que podamos organizar tus documentos con calma sin dejar a Gabriel por fuera.
—Lo sé, solo quiero que lo sepas —dice con una mirada firme y voz sincera — no lo lleve en mi vientre ni nada por de eso, pero desde el día que su madre me lo entrego antes de morir he dado todo por él y lo último que quiero es que sufra.
—¿Qué crees que opine de todo esto? — pregunto preocupado —¿Qué crees que opine de que yo lo adopte sin ti?
—No lo sé, él es un niño muy inteligente y despierto para su edad, le ha tocado estar junto a mí en todo momento, me ha visto como limpio casas para ganar dinero para la comida, le ha tocado quedarse quieto en un lugar mientras otros niños juegan con lo que él siempre ha soñado, y ahora la vida se le abre ante nuevas oportunidades, así que es probable que este tan feliz como asustado, todo por partes iguales
Toma aire, y limpia su cara como quien atrapa una lagrima antes que caiga.
—Cuando empezó la etapa de hacer preguntas y le conté la verdad, no le puso mayor problema, y lo más curioso es que no hizo más preguntas, simplemente me dijo que yo era su madre y nada más le importaba, y ahora sé que seguramente aceptara que tú eres su padre, y te amara mucho, aunque sé que ya lo hace.
—¿y si en el futuro quiere buscar a su familia biológica? —pregunto tenso.
—No tengo más opciones que apoyarlo, aunque no tengo forma de encontrar su rastro, y temo que algún día hará más preguntas, esas que no podre responder y yo solo espero tener el valor para afrontar lo que suceda y tener las respuestas adecuadas — dice con voz nostálgica.
—Y yo espero estar junto a ti ese día.
Respira profundo mientras me sonríe nerviosa y yo limpio una lagrima suelta, al tiempo que pienso que acaba de hacer su mayor acto de amor, ceder al niño que ha criado como su hijo para que yo quede como su padre ante el mundo y eso no lo hace cualquier persona.
Nos quedamos abrazados un rato, mientras le acaricio con cuidado la piel de su espalda.
—Sofia, hay otro tema que quiero hablarte, pero este creo que es más difícil que la adopción de Gabriel.
—¿Qué puede ser más difícil que esto? —dice triste.
—Sofia, es hora de empezar a enfrentar mis fantasmas.
—¿Qué fantasmas? — pregunta confundida.
—Luego de hablar con mi terapeuta y que insistiera por meses, creo que es hora de ir a visitar a mis padres, y quiero que me acompañes, pero no quiero que Gabriel vaya o por lo menos no a mi encuentro con ellos.
—Yo te acompaño, solo agéndalo y sí, creo que es más difícil que lo mío.
El domingo empezó cargado de melancolía, de confesiones y tristezas, luego de la ducha terminamos todos dentro del auto viajando a las casas que vamos a ver, no está muy lejos de aquí, es más, es una zona donde hay niños corriendo por todos lados. Cuando entramos a la propiedad que Sofia había señalado ayer y de casualidad es mi favorita, el rostro de Gabriel se ilumino al ver la piscina y algo me dice que entre en el lugar adecuado para los tres.