Miley Suspiro algo cansada, en unas horas tenemos que viajar a la casa de Mateo y Sam, los mejores amigos de mi chico, ¿mi chico? ¿eso era lo que éramos? Habíamos follado, sí, más de una vez, sí, como unas siete, dios, capaz y hasta fueron más, es que parecíamos como imanes, uno se movía y el otro automáticamente estaba encima de este, provocando una gran colisión de cuerpos, una placentera colisión, muerdo mi labio y vuelvo a mirar mi ropa. Bruno en este momento se encuentra resolviendo cosas del trabajo en su despacho, al parecer tomarse más días es algo que le complica la existencia a “Jazmín”, ruedo los ojos, se ve agradable, no lo niego, pero cuando uno va a la casa de un hombre, no va de esa forma, no cuando no es horario laboral, no cuando hacen tres putos grados en el exterior.