Prefacio
La vida es un ciclo, naces, creces, vives y mueres. Simple, sencillo y rápido. Creo que hay un dicho al respecto… "La muerte está tan segura de su victoria, que te da toda una vida de ventaja", en mi caso no fue así.
La muerte no me dio una vida de ventaja, solo me concedió algunos años antes de golpear mi puerta y derrumbar todo, recuerdo bien ese día, esos días. Estaba en el colegio, llevaba horas moviéndome de un lado al otro con mi amiga Titi, una chica de cabellos negros y ojos marrones, su nombre real era Teresa, pero le decíamos Titi de cariño, ella pasaba largas horas conmigo, me ayudaba en lo que necesitaba y yo a ella cuando era necesario.
La directora entró al patio con el rostro desfigurado, su piel estaba pálida y algunas gotas de sudor bajaban por su frente, lo recuerdo todo, titi golpeando mi brazo para que la vea, sus ojos encontrándose con los míos. Su cabello oscuro siempre se encontraba atado en un moño firme, sus ojos marrones profundo siempre generaban respeto, no obstante, en ese momento, otra cosa habitaba en ellos, algo más profundo, triste y melancólico.
Recuerdo la reacción de mi cuerpo mientras se acercaba a mí, todos mis sistemas se alertaron, mis pies querían huir, sin embargo, mi mente me pedía a gritos que me quedara para observar que ocurría.
En aquel momento mi vida era más colorida, algo más alegre, menos tétrica, en ese entonces yo tenía sueños, metas y fe. Fe que se fue apagando cuando la realidad golpeó mi puerta, cuando las noches se volvieron más oscuras y los días más grises, cuando todo lo que brillaba se apagó, cuando el amor se esfumó y solo quedo soledad, cuando los perdí y me perdí.
La vida son elecciones, yo decidí mi destino cuando los enterré, ahora, entrando en este abismo quiero dejarme llevar, quiero que el sufrimiento se acabe, quiero terminar con la amargura, pero eso sería olvidarme de él, de su sonrisa, sus abrazos desinteresados, sus caricias en las mañanas y la forma en que su cuerpo se siente con el mío.
Dejarme vencer sería perder lo único bueno que encontré en esta vida, significa perder mis nuevos amigos, mi futuro, el sueño de mis padres, dejarme morir nada más sería un camino fácil, sin embargo, no puedo pelear, mis brazos pesan, la respiración parece escasa y todo está oscuro, únicamente espero que la luz no llegue, espero que él venga a rescatarme, aunque ahora buscándolo, lo único que veo es luz.
ELLA ERA TODO LO QUE AHORA ÉL QUERÍA, SU LUZ, SU CIELO, SUS SUEÑOS, PERO TODO PENDIÓ DE UN HILO CUANDO LO ÚNICO ESTABLE QUE TENÍA DESAPARECE.
LOS SUEÑOS PUEDEN SER EL MOTOR DEL ALMA O PUEDEN SER NUESTRA PERDICIÓN, AHORA CUANDO LAS COSAS PARECÍAN PERDERSE, LAS PRIORIDADES CAMBIAN, LAS COSAS PARECEN MENOS OSCURAS Y EL PASADO DESAPARECE, PORQUE LO ÚNICO QUE QUEREMOS ES ESO QUE AMAMOS.
Comienza un nuevo camino... ¿Están listo para ellos?
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