Era su letra. Era ella. Cada parte de mi cuerpo se había alterado al saber que a escasos centímetros de mi tenía una nota de ella, pero ¿por qué oculta ? ¿Cuantos años habían pasado ya ? ¿Cuatro, cinco ? Con lo fácil que hubiera sido dejarla sobre mi escritorio o simplemente despedirse de mi si era que tenía que marcharse con tanta prisa. Para mi no había ninguna excusa válida. Tomé el papel que había entre el libro, lo abrí dejando ver las letras que este guardaba en su interior. Tenía algo de miedo al pensar en lo que contenía. “ Daven, se que encontrarás esta carta, te estarás preguntando porqué no aparezco, tal vez me estés buscando como loco, no ha sido mi intención huir de esta manera. Suena muy fuerte cuando digo que no tengo otra opción; esta mañana Sarah me abordó sali