María Paz regresaba a New York, en el avión evocaba los momentos maravillosos que vivió junto a Joaquín. Al instante que hicieron escala en Bogotá sintió unas enormes ganas de ir a buscarlo como él soñaba; sin embargo, no debía hacerlo, ella era aún menor de edad, no podía abandonar el aeropuerto. Caminaba por las tiendas y pasillos recordando como lo conoció, y también pensando en aquella mujer que lo llamó. «¿Por qué salió corriendo apenas ella le habló?, Debe ser alguien muy importante, de seguro su novia y yo de idiota pensando que me quiere» decía en su mente, mientras veía pasar de un lado a otro a las personas. Luego se sentó en una silla en la misma mesa de aquella cafetería en donde por vez primera habló con él, mientras le daba un sorbo a su bebida permanecía dubitativa sin c