“Regálame una noche llena de ternura, y deja que mis manos acaricien tu piel, sin miedo que lo nuestro no es una aventura, como cualquier desliz que tuve en el ayer…” Los Inquietos. *** Joaquín presionó sus labios, respiró profundo al instante que su Lamborghini llegó al estacionamiento del edificio. María Paz se estremeció cuando el rugido del motor se apagó, suspiró profundo sintiendo su estómago encogerse. Los dedos de Joaquín rozaron los de la chica cuando la ayudó a salir del auto y aquel corrientazo que desde el día que se conocieron habían experimentado volvió a transitar por su piel. Los delicados pies de María Paz tocaron el piso y sus largas, firmes y bien torneadas piernas bajaron del auto. Joaquín la observaba embelesado, entonces cuando ella irguió su figura sus rostr