—¿Estás bien? —preguntó Jerome al detener el auto frente a las oficinas de Lefev´s. —Sí, es solo que no dejo de pensar en eso, pero estoy bien. —Sonreí, tratando de tranquilizarle con eso, podía ver la preocupación en su rostro, cosa que en parte me conmovía, pero también me avergonzaba; yo no era una n¡ña, él no debía temer que me derrumbara en pedazos por el miedo, no era esa la imagen de mí misma que quería proyectar. —Todo estará bien, como sea recuerda que todo está viniendo de suposiciones, ¿de acuerdo? Es posible que al final no sea nada grave, solo un ladronzuelo que creyó que se llevaba algo de valor, o quizás solo tomó lo primero que pudo tomar al oírte llegar. Solo habla con Sherlock. Asentí, había sido un buen intento, algo lindo de su parte querer calmar mis nervios, pero e