A la mañana siguiente salí de la ducha, secándome el cabello con la toalla mientras poco a poco iba dejando las prendas del día una sobre otra. La noche anterior había regresado apenas antes de las diez, pero me sentí tan cansada que solo pude darme una ducha y acostarme a dormir, la velada con los chicos había sido tranquila, pero tan pronto como llegué a casa me sentí emocionalmente cansada… necesitando que todas las luces se apagaran para mí. Tropecé con la cajonera junto a la cama y soltando una palabrota, me incliné para recoger algunas cosas que se habían caído del impacto, entre ellas… el pesado cuaderno de cuero n3gro que se había convertido en mi obsesión esos últimos días. Lo tomé entre mis manos y con un profundo suspiro lo metí en uno de los cajones. Tenía sentimientos encon