—¿Esta todo bien señor? —pregunta preocupado el piloto.
—Señorita, ¿está bien? —pregunta también el chófer de ella.
—Si... es solo que... —dicen los dos como un susurro casi silencioso —al unísono observan sus manos —.Estoy bien —aseguran.
Si bien ellos no pueden notar en absoluto lo que sucede con ellos, los presentes si, ya que es como si esa sensación de confusión que ellos pueden ver, solo les afectó a la realeza.
En cuanto les cierran la puerta a ambos a ella del auto y a él, de el avión, es como si su trance terminará y todo vuelve a la normalidad.
Falú, con el ceño fruncido aún no entiende que sucedió, pero nuevamente sus pensamientos son invadidos por todas la dudas sobre su futuro incierto y confuso.
Bastian aún no entiende que sucede, pero su móvil no ha parado de vibrar así que lo saca y contesta algo confuso aún .
Él, mira inconsciente por la ventana sin darle mucha importancia y ve como se aleja un auto n***o, y aunque siente curiosidad por solo unos segundos, en cuanto empiezan hablar del otro lado del teléfono lo da por olvidado.
El auto enciende, el chofer arregla el retrovisor de manera que pueda tener a la vista todo el tiempo a Luna, siendo esta su única tarea hasta que ella llegue a salvo a su destino.
El auto es demasiado cómodo, es lo más reluciente que he visto un asiento, cuero n***o mate.
A donde me llevaran, no lo se, solo espero poder mantenerme con vida.
¿Acaso podrá ser estos mis últimos momentos de vida?
De ser así, nadie me recordará jamás, el único familiar que he tenido en toda mi vida es mi abuela, los hombres que han ido por mi solo me han dicho que un "tutor" envío por mi, pero de ser un familiar, lo habrían dicho .
No lo se, abuelos, tíos, primos, no lo se.
La única certeza que tengo es que no son mis padres, ellos murieron y jamás se habían alejado de mi 16 años, dejándome con una mujer tan amargada y malvada como era mi abuela .
Los árboles en el camino son enormes, son tan enormes que no puedo ver su pico, supongo que podría verlo si sacara la mitad de mi cuerpo por la ventana.
La velocidad del auto disminuye de a poco, debemos estar cerca.
Me levanto despacio y me siento como es debido.
─Llegamos señorita. ─dice y miró fuera.
Su rostro reflejo asombro total al ver la enorme mansión a la que entraban, ya que desde la entrada con barrotes dorados se podía ver a muchos hombres vestidos de traje.
Varios minutos le tomó al auto llegar a la entrada de tan imponente mansión.
Su amplio pasto verde alrededor hacía respirar naturaleza .
— señorita — dicen otros tipos de traje que abren mi puerta.
El lugar es enorme, un camino de piedras planas da a ¿un castillo?. Se ve antiguo, imponente, pero muy hermoso. Es como estar dentro de un cuento de hadas. Muchas personas empiezan a salir, las mujeres usan pañuelos en su cabezas, hombres y mujeres usan vestimenta antigua. Pensándolo bien... esto, es como un cuento de hadas, muy antiguo.
— ¿aquí vive mi tutor? — preguntó con recelo.
Se miran entre ellos, pero nadie me dicen nada.
Uno de ellos hace una ademán para que entre y así lo hago.
Camino por aquella puerta colosal.
¿Quién rayos es mi tutor?
¿Por Qué tan lejos?
¿Será seguro estar aquí?
Sale una mujer con una charola plateada reluciente, en ella un vaso de algún jugo o algo así, toda cubierta como en las fotografías y como las fotografías de mi abuela.
Se dirige directamente a mi.
— El Rey la verá en un minuto —. dice estirando la charola hacia mi —. ¿gusta?
Me da vergüenza negarme así que la aceptó sin más.
Honestamente tengo demasiada sed, he sentido mucho calor al bajar del auto, el sol es demasiado ha sido abrasador. Mientras bebo el jugo, que al parecer es solo limonada como la preparaba mi abuela, todos me observan en silencio.
Espero por varios minutos, hasta que veo salir al mismo hombre que antes he visto en la fotografía que tenía mi abuela guardada.
Aunque ahora se ve más anciano puedo ver qué es el.
Todas las personas que han salido se inclina a el, con una reverencia y mantienen sus miradas al suelo.
—Bienvenida... — dice.
Su mirada está fija en mi. Al ser claramente más alto que yo mira hacia abajo al mirarme, pero es más que eso. Me observa como si mi vida fuese insignificante.
─Gracias ─.digo mirando a mi alrededor.
Ante tanto silencio se escucha los murmullos de las personas, de asombro y más, creo que algo hice mal.
Aquel señor sonríe y mira a los tipos de traje con una gran sonrisa.
— Alma, te ha cuidado muy bien — .dice, mirándome de pies a cabeza, a la vez que camina alrededor mio en círculo, muy lentamente .
Asiento sin decir nada.
El mira a sus escoltas y estos se retiran sin decir nada. Me dejan ahí sola con aquel hombre.
— ahora que mi querida Alma nos ha dejado, has venido a mi, aunque no sé porque esperó tanto.
—Me trajeron, no vine. ─lo corrijo y parece molestarle.
— ya tienes 16 y has avanzado mucho, en unos meses serás mayor de edad, has tardado mucho — dice, y no puedo evitar bostezar — pero, veo que estás cansada, hablaremos de eso mañana.
─Debe descansar y además necesita acoplarse al horario. ─dice mirando a las personas que me han recibido. ─pero antes, que se presenten. ─hace una larga pausa algo deprimente, asiente y se va.
Entonces levantan la cabeza .
Uno de ellos sobresale y se para junto a mi, hace una reverencia con la cabeza inclinada .