Una falsa.

1001 Words
─Soy la ama de llaves, si se le ofrece algo hágamelo saber. ─dice, asiento y se con ademán empieza a presentar a las demás personas. ─Clara, Anet, Loreta, Mario y Juan, son el personal de la cocina, si desea algo de comer ellos estarán a su entera disposición. ─dice señalando uno por uno, una mujer bajita y pelinegra, una mujer pelirroja con pecas algo regordeta, luego una mujer algo mayor que por su parecido parece es familiar de la primera mujer. Así mismo los dos hombres parecen ser familia ya que su parecido, estatura y movimientos, son muy similares. La señora que los presenta da unos pasos más ─Mariana, Aleja, Soledad, Nancy ─.continuó ─.ellas se encargan de la limpieza. ─dice. Las dos primeras son igualmente pelirrojas con pecas como Anet, deben ser familia. las otras dos son diferentes pelinegra y bajitas, ─Ella... ─señala a una señora que parece tener entre 25 a 35 años. ─ella, es Alicia, a partir de ahora, tu doncella real . ¿Mi dama de que? ─Ella estará a su lado todo el tiempo, se encargará de todo lo que necesite o desee. ─dice, y la mujer da unos pasos hacia mi y se inclina, hace una reverencia con una leve sonrisa. ─No hace falta, yo... ─dudo por unos segundos antes de responder. ─Yo se cocinar, lavar, asear, cocer... ─me detengo en cuanto veo que todos están con sus ojos abiertos como platos. Todos a su alrededor estaban anonadados con su respuesta, para ellos era inaudito que una princesa supiera todo ese tipo de cosas, no era posible, todas las tareas que había dicho eran únicas y propias de la servidumbre. ─¿Qué sucede? ─mira algo avergonzada a todos, con sus miradas indiscretas. Todos avergonzados bajan la cabeza con una disculpa mientras inclina la cabeza. ─Señorita... su doncella se encargará de estar junto a usted en eventos fuera del castillo, o hará encargos personales para usted, únicamente para usted. ─dice, haciendo énfasis en el "usted". Ahora entiendo menos, primero me traen a esta casa enorme, la cual sí parece un real castillo, como lo ha dicho la señora frente a mi sin titubear, ─¿Porque no puedo hacerlo todo yo misma?. ─le digo con delicadeza disimulando el nivel de asombro al que he llegado hasta ahora . De la nada, empiezan a llegar más personas al lugar. Varias personas salen de alguna parte como si esto se tratara de acto de magia, todos vestidos de blanco y cubiertos totalmente, además los de traje . — Todos ellos son los escoltas reales, están a su disposición total, por tu seguridad debes permanecer dentro de aquella reja en la entrada — señala — si necesitas algo además de lo que ha está en la habitación házmelo saber. Dieciséis escoltas reales de los que no me aprendí su nombre, más que los de Prescott, Stewart, Miller, Smith y García ya que los primeros 3 me han traído hasta aquí y los otros dos me los han asignado para mí seguridad . Además de aclarar que todos permanecerán fuera de la casa, y alejados de las damas, ya que tiene prohibido tener contacto a solas con ellos a menos que esto sea una emergencia . Quién lo diría, hace solo dos días no salía de casa y solo conocía máximo quince personas. Ahora solo los escoltas rebasan esa cantidad, además ¡Volé en avión!Si me hubieran dicho que saldría de mi pueblo, conocido más personas y aún más, estar en un castillo, me habría reído a carcajadas a más no poder. O habría creído que están locos por tal ridiculez. Sea cual hubiese sido el caso, no lo habría creído. Aún no lo creo de hecho. Todo esto es como si, aún estuviera en casa de mi abuela durmiendo, y en cualquier momento ella llegara a despertarme y nada de esto sera real. — la llevaré a su habitación — dice la mujer que se me ha asignado como doncella, lo que sea, que eso signifique . Camino mirando todo a mi alrededor y es fascinante. Los enormes cuadros en la pared, se ve claramente que no son fotografías aún a pesar de su excelente calidad de imagen, son pinturas perfectamente pinceladas. Aunque en cada cuadro están retratadas diferentes personas, el parentesco es el mismo, cabello rizo, barba abundante , blancos como el marfil, con algo apenas de color en sus mejillas . No he pasado tanto tiempo en el espejo, pero tengo la certeza que mi cabello castaño, algo ondulado, se parezca en nada a los hombres de esta familia, porque sí, solo hay retratos de hombres por el largo pasillo camino a lo que ha de ser mi habitación. La mujer me guia haciendo delicados ademanes, mientras me explica los horarios en lo que es "inapropiado" salir de mi habitación o mucho menos de este enorme y colosal castillo de cuento de hadas. Sus paredes se ven hermosas, impecables, tienen una elegancia y... ¡no puede ser! ¡La puerta es enorme! Mi doncella se voltea a mi con una gran sonrisa, al mismo tiempo que desde dos hombres parados, uno a cada lado de la puerta. Ella ofrece una venia y con un ademán me guía a lo que parece ser mi habitación. ¿que se supone que haga? Camino mirando a todos a mi alrededor que parecen asustarse conmigo porque al mirarlos me bajan la cabeza, como evitando mirarme. La habitación es enorme, sus paredes tienen un impecable color perla, con detalles dorado, que por su brillo deslumbrante, juraría que son de oro . Todo aquí, desde las paredes hasta las sábanas y muebles se ven limpios, ordenados, con colores muy de princesas de cuento.¿Será que... se equivocaron de chica? Me han tratado mejor de lo que merezco, con delicadeza, con respeto y me ofrecen cosas que no estoy segura de merecer. No se que sucede. — Todo está limpio y listo para usarse — dice abriendo la puerta de una armario .
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