No Debo Amarte

Capituló 2

ALEX

Hoy se cumple un año de la muerte de mi hermana. Un maldito año.

Cierro mis ojos y recuerdo su risa. Sus locuras. Era la única que sacaba de quicio a papá y mamá.

Para papá ella era un torbellino. Para mamá Av era su mundo.

Dicho mundo se vino abajo con su partida.

Un año en donde encontraron su cuerpo en la orilla de la playa.

Abro mis ojos.

Aquel acontecimiento devastó a la familia Morgan, en especial a mi padre que Unas horas antes del accidente tuvo una discusión con Av, una discusión que terminó muy mal y todo porqué….

-Alex hoy tenemos que salir temprano por ya sabes que- Will ingresa a mi oficina, deja unos papeles que tengo que firmar.

Para mi hermano la muerte de nuestra hermana fue un suplicio. La Amaba. Era su compañero de travesuras y problemas.

-tienes que decirlo algún día Will, Av mu..- se voltea enseguida.

-te espero en casa- dice sin más y sale de la oficina.

Llevo mis manos al rostro.

Estoy cansado de esto, cansado de esta vida. Los problemas de la familia recen en mi .

Llevo a la familia Morgan en mis hombros.

-Señor tiene una llamada en la línea 2- acomodo mi corbata.

-la tenemos señor- me incorporo de inmediato.

Salgo de la oficina no sin antes hablar con mi secretaria.

-no quiero interrupciones Lin- ella asiente.

Al fin te tengo escoria.

Conduzco a toda velocidad. Presiono el volante mientras mi mente maquina lo que voy a hacerle a esa maldita escoria.

Me detengo en una ruina.

Camino cerca de una oficina, el lugar está algo desolado.

-quiero verla- sentencio y uno de los hombres asiente mientras me guía a mi destino.

-puerta 3 señor- quito mi corbata.

Una mujer permanece sentada en uno de los muebles, su aspecto es algo detestable y simple.

-¿donde la encontraste?- tomo la joya en mis manos,

Permanece sentada con la cabeza agachada.

-no lo se- susurra.

Una maldita mentirosa.

-¿como una pieza tan valiosa está en las manos de una muerta de hambre como tu?- levanto la voz. Ahora fijándome más en la mujer.

Levanta la cabeza

-yo no lo se- vuelve a decir.

La venda cubre sus ojos, aquellos que quiero arrancar en este momento.

-según sé, tu estuviste aquel día, rumores aseguran que vieron merodeando el lugar- la falda que lleva se ha alzado un poco y mostrando mucho más su piel. No le doy importancia.

-yo nunca estuve en ese lugar- tiembla.

-las fotos saliendo del estacionamiento con un tipo cerca de la playa dicen lo contrario- niega.

-yo..- se detiene

-entonces si estuviste en aquel lugar en ese día, seguramente revolcándote como una perdida. Qué casualidad que justo cuando sales del lugar a los pocos minutos ocurre ese accidente- me acerco a ella y solo huele a colonia barata. Un hedor a vainilla que me asquea.

-¡¡estuviste en ese lugar y luego robaste la pulsera de mi hermana!! ¡Dime! La empujaste ¡empujaste a mi hermana por la pulsera!! Por qué no encuentro otra manera de que esta joya fina acabe en tus asquerosas manos-

-¡yo no hice nada!, no sé de qué puta me está hablando. Yo no hice nada- grita muerta de miedo.

-entonces ¡¡cómo mierda tienes esta pulsera en tus manos!! ¡Dime, Carajo!- tiro de su cabello. Me importa un Carajo su dolor.

-esa pulsera se la quité a mi hermana- ¿hermana?

sus lágrimas ruedan. La suelto y vuelvo a mi lugar.

Baja su cabeza tratando de callar su estúpido llanto.

-y como sé que me estás diciendo la verdad- limpio mis manos con un paño húmedo. El olor a vainilla está impregnado en mis manos.

-por que ella la tenia en las manos cuando la encontramos- se aclara la garganta- lo único que sé es que dijo que por su culpa alguien perdió la vida- trato de respirar.

-que mas- presiono mi puño por la ira que estoy sintiendo ahora.

-dijo que fue su culpa, que ella la mató- esas ultimas palabras las dice con una sonrisa en los labios.

-como estas segura de eso- una rata puede decir cualquier cosa para salirse con la suya.

-se lo dijo a los paramédico cuando la encontraron, que ella la aventó y que se sentía culpable. Pero ellos no le creyeron al parecer estaba delirando- y la asesina de mi hermana esta libre por las calles como si nada.

-donde está ella ahora- voy a hacer cenizas a esa maldita mujer.

-en coma- lo dice con si le asqueara.

Frunzo el ceño. ¿En coma?

-lo dices como si eso no te gustara-

-siempre fue una caprichosa y se creía la reina de la casa, ni en el limbo deja de atormentar a nuestra familia. Las facturas del hospital suben cada vez más, mi padre está harto de pagarlo y es por eso que mañana van a desconectarla- sonríe. Ahora entiendo que lo maniaca viene de familia.

-es tu hermana-

-es una zorra, una mujer vanidosa y orgullosa. El dinero que dejó su tía antes de morir acabó hace semanas así que mi padre ha decidido desconectarla, no quiere gastar mas dinero en bastardas- sonrío de lado.

Dejar que la mujer que causó daño a la familia muera, así como si nada. No. Eso sería un paraíso más que un infierno.

No ha comenzado a pagara sus culpas. Simplemente yace en una cama.

Algo dentro de mí se desconecta.

-cuanto dinero aceptarías por largarte de esta ciudad tú y maldita familia- la pregunta la sorprende.

-y mi hermana-

-de ella me encargo yo-

-que harás con ella-

-lo que haga te da igual, salta a la vista tu amor por ella- observo la pulsera en mi mano y la llevo a mi pecho. Juro que voy a vengarte Av, esa mujer va a llorar lagrimas de sangre.

-paga la cuenta del hospital y ofrece un jugoso cheque-

-desátenla- anuncio.

-vas a desaparecer de este mundo, te vas a largar con tu familia de aquí , que de lo demás me encargo yo- la venda aun sigue en su rostro.

-tenemos un trato desconocido y espero que no me falles-

Se escucha un sonido.

-contesta- su celular no para de sonar, lo pone en altavoz.

-donde te encuentras hija- la voz de una mujer se escucha de pronto.

-con un amigo. MADRE-

-la insolente de tu hermanita despertó, así que ven al hospital que tenemos que comportarnos como la gran familia que somos- cuelga el celular.

-creo que tú y yo tenemos un trato-

-si- respondo. No todos los días alguien te ofrece dinero.

Salgo del lugar. No sin antes pedir la dirección del hospital.

-¡se llama Luz Adams!- una luz que me encargaré de apagar.